Castellón contemporáneo
El Espai d'Art Contemporani de Castellón (EACC) cumple hoy un año. Sólo un año, desde que se puso en marcha este ambicioso proyecto para una ciudad como la capital de La Plana que, hasta ahora, estaba poco acostumbrada a recibir obras que se alejaran de lo normal y que se presentaran con soportes distintos a los clásicos. Alguna galería de arte, pocas, se había atrevido. Pero nada público y nada grande.Sin embargo, funciona. Por el Espai han pasado en un año 30.000 visitas, todo un éxito para una ciudad con menos de 150.000 habitantes y a la que se suele llegar de paso. Ahora, hay una excusa más para parar, el EACC, un espacio incluido en el tan manido Proyecto Cultural y que, quizá, es el que mejor funcionamiento y resultados esté dando. Una singular programación expositiva que le dota de un carácter personal, una atención especial hacia los aspectos educativos y de formación y un escueto, limitado equipo compuesto, principalmente, por cuarto personas que creen en lo que hacen, son las premisas sobre las que este espacio ha ido creciendo.
Desde su inauguración se han celebrado seis exposiciones incluidas en el ciclo Siete propuestas y un epílogo para el final del milenio y una séptima muestra que se plantea como una convocatoria anual para mostrar la actividad creativa vinculada a Castellón. Jeff Wall, Pepe Espaliu y el músico vinarocense Carles Santos fueron los encargados de abrir camino. A ellos les siguieron Hypertronix, que trató diferentes aspectos de la cultura juvenil, A sangre y fuego, una visión de las imágenes de la violencia, Contemporánea @, una muestra de trabajos de artistas originarios de Castellón, Zona F, que fue una aproximación a los espacios habitados por los discursos feministas en el arte contemporáneo y Contra la arquitectura, bajo el lema de La urgencia de (re)pensar la ciudad. Éstas han sido las muestras que hasta el momento se han exhibido.
Pese a que un año parece un breve período de tiempo para sacar conclusiones, los responsables del EACC se atreven a extraer, al menos, cuatro: el carácter programático del Espai que, con la realización de actividades paralelas, ha logrado, en un año, que sea visto como un espacio de reflexión sobre la cultura contemporánea a través de la denominada creación plástica. Películas, conferencias, coloquios, todo en pro de lograr el entendimiento de la cultura contemporánea. En segundo lugar destacan la elaboración de producciones propias, un esfuerzo que ayuda a la consolidación de la imagen de este espacio. Además, entre sus logros se encuentra el haber contribuido a la descentralización del panorama expositivo español y a conseguir su empeño de no sólo atender al público especializado, sino al general, proponiendo exposiciones cuya temática sean de interés de muchos sin mermar, por ello, la complejidad que las propuestas artísticas están planteando en la actualidad. Así, el Espai puso en marcha un programa educativo y un espacio de lectura que apoyan cada una de las muestras que en él se exhiben y que contribuyen al acercamiento a la sociedad.
Las visitas comentadas también han sido uno de los éxitos del Espai. Por él han pasado miles de alumnos de una gran variedad de asignaturas. En un principio esta actividad abarcaba sólo los centros de Castellón pero actualmente se ha visto ampliada a otros centros educativos de la Comunidad Valenciana y Cataluña. Con ellas, el EACC ha hecho patente la importancia que la dirección del centro otorga a la divulgación y difusión del arte contemporáneo.
El Espai cumple un año. Sólo un año y empieza a ser algo en el mundo del arte, ubicado en una ciudad pequeña y con un presupuesto que no alcanza otro calificativo. Ha conseguido hacerse hueco entre los programas culturales y también en los medios de comunicación tanto nacionales como internacionales. Sin embargo, y pese a que el balance inicial es positivo, queda camino por recorrer.
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