El plan de Can Batlló incluye 650 viviendas y más de 50.000 metros cuadrados de zona verde
El Ayuntamiento de Barcelona presentó ayer el proyecto que tiene previsto aprobar en la sesión plenaria de julio para la finca de Can Batlló, en el barrio de Sants. El plan destina a equipamientos 47.581 metros cuadrados, a zonas verdes 51.831 -el equivalente a 5 manzanas del Eixample- y a viales 48.893 metros cuadrados. Las viviendas de nueva construcción serán 650. Y se calcula que un 25% del techo edificado tendrá algún tipo de protección y que el resto se venderá en el mercado libre.
La recuperación de los 170.000 metros cuadrados de terreno de la antigua fábrica textil de Can Batlló arrancará el año próximo con el inicio de las obras. La principal reserva de suelo que posee el barrio de La Bordeta para cubrir el déficit de equipamientos, de zonas verdes y de viviendas lleva esperando más de 20 años que cayera la larga tapia de la Gran Via que mantuvo oculto el recinto en espera de que le llegara la transformación que ya han experimentado antes otras fábricas del distrito de Sants-Montjuïc que, como la de Can Batlló, destacaron en la historia industrial de Barcelona.La porción del terreno edificable asciende a 21.839 metros cuadrados e incluye además de las anteriores 650 viviendas más de un centenar de pisos, situados en la calle de Constitució, que están afectados desde hace 25 años y que el gobierno municipal ha decidido respetar.
Las 29 alegaciones presentadas al proyecto inicial de Can Batlló-Magòria han servido para suavizar la tipología de algunas edificaciones diseñadas con formas geométricas contundentes que contrastaban con las del entorno, rebajan en 4.000 metros cuadrados la edificabilidad y reducen el número de fincas afectadas. La propuesta municipal prevé conectar una serie de calles que hasta ahora quedaban cortadas entre la Bordeta y Gran Via. El primer teniente de alcalde de Urbanismo y el concejal del distrito de Sants-Montjuïc, Xavier Casas y Pere Alcober, argumentaron ayer la necesidad de modificar la calificación que el Plan General Metropolitano dio en 1976 a los terrenos de la vieja fábrica textil (reservaba la mitad de los mismos a equipamientos, el 25% a zona verde y otro 25% a viales) en función de las necesidades actuales y para hacer viable económicamente una operación que de otra forma continuaría pendiente de ejecución.
Respecto al espacio reservado a equipamientos está decidido ubicar un centro de asistencia primaria, instalaciones deportivas, un hotel, además de viviendas para las parejas jóvenes de una zona cuya población envejece con rapidez debido a la escasez de pisos a precios asequibles. El recinto industrial está delimitado por las calles Constitución, Amadeu Oller y Gran Via.
Pese al aspecto de abandono de la mayor parte del enclave, en su interior continúan funcionando unos 200 talleres, la mayor parte de los cuales deberán trasladarse a otros lugares y solamente algunos podrán reubicarse en la planta baja de los nuevos edificios, siempre que su actividad no resulte molesta y sea compatible con el núcleo residencial. Negociar su desmantelamiento es uno de los escollos a los que se enfrentan los responsables municipales.
El proyecto definitivo respeta la antigua nave central y otras cinco más pequeñas que serán rehabilitadas dado que por su tipología ilustran bien la arquitectura industrial de principios de siglo contribuyendo a mantener la memoria histórica de la ciudad, a juicio del director de servicios técnicos de Urbanismo, Ricart Fayos.
Si se cumple el calendario previsto a final de año puede quedar aprobado definitivamente el proyecto, lo que permitiría empezar las obras en el año 2001. La ejecución de los trabajos se llevará a cabo en dos fases de cuatro años cada una. Casas y Alcober resaltaron el consenso alcanzado con los vecinos en todo el proceso, lo que en su opinión constituye un ejemplo de participación que sin embargo no todos comparten. Desde el Secretariado de Entidades de Sants, Hostafrancs y la Bordeta señalaron que por carecer de la documentación necesaria que aún no les ha facilitado el Ayuntamiento pese a haberla pedido, aún no pueden pronunciarse sobre el proyecto. A los vecinos les preocupa el número de viviendas que se construirán y los porcentajes que gozarán de algún tipo de protección, así como cuántas se destinarán a los jóvenes.
Las obras de la primera fase incluirán la construcción de viviendas y algunos equipamientos. También se incluirán en esta etapa la fachada de la Gran Vía a la que darán algunas instalaciones deportivas y un establecimiento hotelero. De esta forma pretenden que la acera de la Gran Vía (del lado de montaña) salga de la postración a que la somete la gran tapia.
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