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El Ayuntamiento acusa a la Generalitat de frenar la Carta Municipal de Barcelona

Blanca Cia

"O es un problema de falta de voluntad política del Gobierno catalán o de incapacidad. Cualquiera de las dos cosas es grave": en estos términos se expresó ayer el concejal del Ayuntamiento de Barcelona Ernest Maragall sobre la parálisis de la aplicación de la Carta Municipal de la ciudad. La ley, que prevé más competencias para el Ayuntamiento, fue aprobada por unanimidad hace un año y medio en el Parlament. En ese acto no estuvo presente el presidente de la Generalitat, Jordi Pujol, ausencia a la que ayer volvió a hacer referencia Maragall: "No quiero creer que esa ausencia significara algo, pero lo cierto es que un año y medio después no hay voluntad política para aplicar lo aprobado".Hasta la fecha, sólo se ha constituido la subcomisión de urbanismo, "que es lo único que funciona de la carta", según Maragall. También se han celebrado "varias sesiones formales" del consorcio de salud y del de la vivienda. Los consorcios de bienestar social y educación -dos piezas fundamentales por su impacto en la ciudadanía- no se han creado. "Ni siquiera se ha producido una reunión formal, para poner manos a la obra, entre los técnicos de ambas administraciones", denunció Maragall.

Los geriátricos de Mas

En el caso de bienestar social, Maragall subrayó que se trata "de un traspaso de recursos, por lo que la cosa es sencilla". Al Ayuntamiento le sorprendió, según Maragall, el anuncio que realizó la semana pasada el consejero Artur Mas sobre la construcción de tres geriátricos en Barcelona para este año, "teniendo en cuenta que atañe a un consorcio que no está constituido", subrayó. No quiso calificar la situación con el Gobierno catalán. Pero añadió: "Es una cuestión de cortesía institucional. Hacemos reuniones de la comisión mixta que no nos llevan a ninguna parte. Barcelona y sus ciudadanos no se merecen ese trato".

En materia de educación, la situación es la misma. La oferta que hizo la concejal de Enseñanza, Marina Subirats, para habilitar en centros de educación primaria plazas públicas de guardería tampoco ha tenido respuesta por parte de la Generalitat, dijo ayer Maragall, "y se está hablando de servicios que afectan a miles de ciudadanos", añadió.

Las quejas del Ayuntamiento no acaban ahí: tampoco se ha constituido el consorcio de cultura y no se han traspasado instalaciones deportivas. "Hemos atravesado un periodo especial, con dos convocatorias electorales, pero ya es hora de aplicar una ley que aprobemos todos", afirmó. A continuación ironizó sobre la "inutilidad" de las fotos de familia de los políticos cuando aprueban algo "si resulta que luego no se aplica".

El Ayuntamiento de Barcelona cree que, de momento, está claro que para Josep Anton Duran Lleida el desarrollo de la Carta de Barcelona no es una prioridad. Hace una semana, el mismo concejal llamó la atención al Gobierno catalán y a la Administración central sobre la situación de agravio comparativo que viene sufriendo Barcelona. A juicio del Ayuntamiento, si la Generalitat y la Administración central hubieran invertido en Barcelona lo mismo que en el resto de Cataluña y España, la ciudad hubiera recibido medio billón de pesetas más en inversiones.

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Maragall fue más optimista en cuanto al clima de diálogo con la Administración central sobre los aspectos de la Carta Municipal que deben ser incluidos en la futura ley de las grandes ciudades. Entre las cuestiones que deben ser aprobadas en el Congreso figuran un sistema especial de justicia local y la potestad del alcalde para aplicar algunas sanciones, como la retirada del permiso de conducir. "Confío en que esta ley esté aprobada antes de finalizar este año", dijo Maragall.

Sobre la firma

Blanca Cia
Redactora de la edición de EL PAÍS de Cataluña, en la que ha desarrollado la mayor parte de su carrera profesional en diferentes secciones, entre ellas información judicial, local, cultural y política. Licenciada en Periodismo por la Universidad Autónoma de Barcelona.

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