Schröder abandona la 'tercera vía' y convoca la cumbre de la 'modernidad'
El canciller federal y presidente del Partido Social Demócrata alemán (SPD), Gerhard Schröder, se ha despedido de la tercera vía en tanto que etiqueta anglosajona para designar la adaptación de un proyecto político de centro-izquierda a los problemas de la modernidad y la globalización. Así lo indicaron ayer medios gubernamentales alemanes, que abogaron por "enterrar la tercera vía" en vísperas de la conferencia sobre Modernidad y Gobierno en el siglo XXI, que reunirá a 17 líderes de centro-izquierda de todo el mundo el 2 y 3 de junio en Berlín.
La conferencia es continuación de la que se celebró a fines de noviembre en Florencia por invitación del entonces jefe del Gobierno italiano, Massimo D'Alema. Desde aquel evento, que reunió al presidente norteamericano, Bill Clinton; al jefe del Gobierno británico, Tony Blair, y al jefe del Gobierno portugués, António Guterres, se han producido cambios importantes.Los promotores del proyecto han decidido diluir en un contexto más amplio las ideas de reforma de la socialdemocracia, sobre las que originariamente se basaba el debate, señalaron medios gubernamentales consultados por esta corresponsal. La cumbre de Berlín está, pues, lejos del documento que Schröder y Blair presentaron hace un año (el 8 de junio de 1999) para reformar la socialdemocracia con ayuda de ideas liberales. La supresión del término tercera vía de todos los documentos relacionados con la conferencia de Berlín es, según medios gubernamentales, una concesión a Lionel Jospin y los socialistas franceses, que, como los socialdemócratas alemanes, se muestran reticentes a una reforma de la socialdemocracia con impronta anglosajona.
Blair ha preferido tomar una baja de paternidad para atender a su cuarto hijo en lugar de ir a defender a su otra criatura -la tercera vía- a Berlín. "No hay que apegarse a etiquetas que lastran, que están sujetas a interpretaciones diversas y que pueden quedar anticuadas", señalaron ayer fuentes gubernamentales alemanas, refiriéndose a la expresión caída en desgracia.
La alteración de los términos del debate ha creado incongruencias a la hora de decidir sobre los participantes en el foro. A Berlín deben acudir 17 jefes de Estado o de Gobierno (en Florencia fueron ocho en total) de países como Argentina, Brasil, Chile, Francia, Holanda, Portugal, Suecia, Suráfrica, Grecia y Canadá. Fuera se han quedado muchos otros que hubieran querido participar, incluido el jefe del Gobierno español, el liberal José María Aznar. Medios gubernamentales en Berlín confirmaron a esta corresponsal que Aznar había transmitido a la cancillería federal su interés por participar en la cumbre. Sin embargo, ninguno de los líderes que se reunieron en Florencia tomó la iniciativa de consensuar la invitación y cursarla.
"Aunque no es un líder de centro-izquierda, Aznar está muy próximo a las ideas que se debatirán en esta cumbre", señalaron los medios gubernamentales, según los cuales, aunque la invitación a Aznar había sido considerada, acabaron imponiéndose otras consideraciones. "Al jefe del Gobierno francés, Lionel Jospin, o al ex jefe del Gobierno español Felipe González les hubiera sido difícil entender por qué se había invitado a Aznar y no a otros conservadores".
Aznar tiene un buen abogado en la persona de Anthony Giddens, el sociólogo y asesor de Tony Blair, quien manifestó recientemente en un acto en la sede del SPD en Berlín que los países de éxito del pasado debían tomar ejemplo del "nuevo anillo" de países dinámicos que está surgiendo en torno a Europa y del cual es parte España. "Si a Aznar le parece que puede asumir el comunicado final de Berlín, no habrá inconveniente para que esté presente en este tipo de foros en el futuro", señalaron las fuentes. En su invitación a la cumbre de Berlín, Schröder se dirigió a los "jefes de Gobierno progresistas" que quisieran "intercambiar" sus reflexiones para solucionar los importantes problemas sobre el Gobierno en el siglo XXI y "aprender los unos de los otros", y ni una sola vez mencionó a la tercera vía y a la socialdemocracia.
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