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Pujol alegó un viaje a Valencia para justificar su quiebra del protocolo en la recepción real

El presidente de la Generalitat, Jordi Pujol, justificó el sábado su precipitada marcha de la recepción que los Reyes ofrecieron en Barcelona alegando que debía viajar a Valencia con motivo de la final de la Copa del Rey que enfrentó al Atlético de Madrid y al Espanyol. Con su marcha, el presidente catalán, que acababa de ser abucheado por una parte de los asistentes al desfile militar, hizo caso omiso a un principio básico del protocolo: abandonó la recepción una hora antes que los Reyes y dejó el acto sin representación del Gobierno de la Generalitat.

Pujol, que acudió al desfile militar del sábado en Barcelona como primera autoridad civil del Estado, asistió más tarde a la recepción que los Reyes ofrecieron en el Palacete Albéniz acompañado de dos consejeros de su Gobierno: Josep Antoni Duran, titular de Gobernación, y Xavier Pomés, de Interior.No obstante, media hora después del inicio del acto la Generalitat dejó de estar representada. Duran abandonó los jardines del palacete apenas unos minutos después de haber entrado alegando compromisos relacionados con la primera comunión de su hija. Pujol aguantó media hora y abandonó el recinto, junto a Pomés, en torno a las 14.00 horas.

El presidente catalán informó al Rey de que debía abandonar la recepción porque tenía que trasladarse a Valencia, donde por la noche se disputaba la final de Copa. La recepción real concluyó a las 15.00 horas, mientras que el partido de fútbol empezaba a las 21.00 horas. El viaje entre Barcelona y Valencia por carretera se realiza en un tiempo máximo de cuatro horas.

Además de Pujol, varios de los asistentes -empezando por el propio Rey- acudieron a presenciar la final copera: entre otros, el alcalde de Barcelona, Joan Clos, el presidente del Grupo Popular en el Ayuntamiento, Santiago Fisas, el presidente del PP de Cataluña, Alberto Fernández Díaz. De ellos, Pujol fue el primero en abandonar el recinto.

Fuentes próximas al presidente de la Generalitat explicaron que el dirigente nacionalista informó convenientemente al Rey de sus intenciones y quitaron trascendencia al desaire. Las mismas fuentes aseguran que Pujol pretendía llegar a Valencia en torno a las 18.30 horas para mantener, antes del partido, un encuentro privado con el presidente de la Comunidad Valenciana, Eduardo Zaplana, y el presidente de la Comunidad de Madrid, Alberto Ruiz-Gallardón.

El presidente de Madrid, sin embargo, tomó el avión a las 18.30, según fuentes de su entorno, y no llegó a Valencia hasta una hora después. En consecuencia, el encuentro con Pujol no se produjo hasta poco antes del comienzo del partido, en el antepalco del estadio de Mestalla.

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Desfile y abucheo

Ayer, Pujol eludió hablar del desfile y tampoco quiso referirse al abucheo que tuvo que soportar. No obstante, volvió a hacer manifiesta su simpatía por las protestas que suscitó el evento. Pujol, que intervino en un mitin de su partido en Barcelona, inició su intervención felicitando a Joaquim Forn, concejal de CiU en esta ciudad que se ha significado por su oposición al desfile y que el sábado presentó una denuncia contra la policía por agresiones. "Esta semana Forn ha hecho horas extraordinarias", dijo Pujol. Y añadió: "Muchos otros lo han ayudado, pero el premio se lo han dado a Forn".

El concejal nacionalista denunció las contusiones en el brazo y en la espalda que, según dijo, le produjo la policía el sábado en la plaza de España, cerca del emplazamiento del desfile. Según su versión, una decena de jóvenes realizaban una parodia contra la parada militar y la policía ordenó a los pacifistas y a los curiosos -entre los que se encontraba Forn- que se dispersaran. El concejal afirma que fue agredido al no seguir las instrucciones.

Por su parte, el portavoz del Gobierno catalán, Artur Mas, consideró que los abucheos sufridos por Pujol tras el desfile fueron "lógicos" porque procedían de "sectores españolistas".

"CiU es una coalición nacionalista y algunas de nuestras actitudes pueden no gustar a algunos, ya lo entendemos", afirmó el portavoz del Gobierno catalán. Mas lamentó también los actos de "violencia" que llevaron a la detención de nueve personas.

Los detenidos, de entre 17 y 34 años, pasaron ayer a disposición judicial, con una rapidez inusual. Uno de ellos fue puesto en libertad, mientras que los demás fueron conducidos ante el juez. Tras prestar declaración, quedaron también en libertad y vieron rebajados los cargos iniciales de atentado contra la autoridad a una falta de resistencia.

El líder de CiU sostiene que Cataluña sufre un "expolio"

El líder de Convergència i Unió (CiU), Jordi Pujol, elevó ayer el tono de su discurso y denunció que el sistema de financiación autonómica supone el "expolio" de Cataluña por parte del resto de España. Pujol hizo suyas las palabras que habitualmente utilizan los independentistas de Esquerra Republicana (ERC) y aseguró que el sistema de financiación "apunta directamente al ahogo de Cataluña".El dirigente nacionalista participó en un almuerzo organizado por su partido en la plaza del Marqués de Foronda, situada justo al lado de la avenida Rius i Taulet, donde el sábado desfilaron los soldados del Ejército.

Pujol hizo un discurso encendido, pero apenas pudo ser escuchado por los 600 seguidores de su partido por problemas de megafonía y sus palabras quedaban a menudo ahogadas por el continuo murmullo de los asistentes, que mantenían sus respectivas conversaciones de sobremesa.

Pujol pidió a los nacionalistas que mantengan la tensión para dar fuerza a CiU ante la próxima renegociación del sistema de financiación autonómica. El líder convergente dio a entender que el sistema que se establezca para el periodo 2002-2006 no será el definitivo y emplazó a los suyos a mantener la presión para que Cataluña obtenga "lo justo".

El presidente de la Generalitat insinuó que el Gobierno central no está interesado en que el nuevo sistema de financiación resuelva los problemas económicos que arrastra el Ejecutivo catalán, cuyo déficit se acerca a los dos billones de pesetas. Según su argumentación, el sistema de financiación "ahoga" a Cataluña y dificulta el trabajo de su Gobierno. "Finalmente conseguirán que el pueblo de Cataluña se separe de sus instituciones, que quizás es lo que quieren".

En opinión del líder nacionalista, existe además un intento de aguar el Estatuto de Autonomía y de hacer una "lectura restrictiva" de sus competencias.

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