El presidente y dos consejeros, únicos representantes del Gobierno catalán en el acto castrense

El pasado sábado, en los actos de conmemoración de los fets del Palau, en el Palau de la Música de Barcelona, el consejero de Economía catalán y delfín de Pujol, Artur Mas, lucía en la solapa un lazo blanco, símbolo del rechazo al desfile militar que se celebra hoy en Barcelona. Mas ha sido el más destacado miembro del Gobierno de la Generalitat que ha exhibido públicamente el lazo, del que las juventudes convergentes han repartido más de 50.000. No obstante, el consejero optó por quitárselo cuando fue acosado por fotógrafos y cámaras de televisión.Mas no asistirá al desfile. La representación catalana estará integrada por el presidente de la Generalitat, Jordi Pujol; el del Parlament, Joan Rigol, y los consejeros de Gobernación, Josep Antoni Duran, e Interior, Xavier Pomés.

Desde el primer día, los dirigentes de Convergència Democràtica (CDC) se han opuesto públicamente al desfile, unas veces haciendo gala de ello (el diputado Carles Campuzano asistió a título personal a la manifestación del pasado domingo), otras suavizando sus críticas al apelar a su responsabilidad institucional.

Aparte de sus declaraciones, la dirección de CDC se ha limitado a redactar una moción en contra del desfile que todos los grupos municipales deben presentar en sus respectivos ayuntamientos. La moción reclama la sustitución de la parada por un acto de reconocimiento a las fuerzas que han participado en misiones internacionales de paz y se pide al Ayuntamiento de Barcelona que no autorice el desfile. La propuesta califica el acto como un "agravio a la sensibilidad nacional y a la memoria histórica de Cataluña" y se pide además que el coste de la organización se destine a Etiopía.

Hasta ayer, 14 ayuntamientos, una diputación y 2 consejos comarcales habían aprobado la moción. No obstante, los concejales nacionalistas han adoptado distinta actitud. Así, por ejemplo, el Ayuntamiento de Martorell, con mayoría absoluta de CiU, rechazó la moción, presentada por IC-V y ERC.

Pero como sucede en la mayoría de asuntos de carácter reivindicativo, la dirección de CDC se limita a su papel institucional, mientras que encarga la acción a sus cachorros de la Joventut Nacionalista (JNC). La JNC se ha integrado en la plataforma unitaria que organiza todos los actos de protesta contra el desfile y también secundó la manifestación del pasado sábado, que congregó a más de 12.000 personas.

El viernes de la pasada semana, 50 activistas de esta organización juvenil se manifestaron ante el Gobierno Militar de Barcelona y desplegaron una pancarta con la leyenda Cataluña por la paz.

En un comunicado, la JNC acusa al Partido Popular de iniciar una campaña de "españolización" de Cataluña "simbolizada en la selección española de fútbol, los ataques contra la Ley de Normalización Lingüística y la celebración de premios culturales españoles".