El ascensor
El ascensor está bloqueado. El eterno elevador se ha quedado atrancado sin ascender ni una planta porque dicen que no cumple la normativa industrial europea para estos artilugios destinados al sube y baja del personal. El problema no sería tan grave si, como consecuencia del frenazo, no estuviera en cuestión la rimbombante ordenación general del conjunto monumental de Málaga.Ha sido la delegada de Cultura de la Junta, Rosa Torres, la encargada de administrar la noticia y la ha referido con cautela, ya que la obra lleva cuatro años atascada, tiempo que nos hemos quitado de preocupación por esta parálisis monumental que ahora conocemos. No es grata la labor de suplir a la consejera Carmen Calvo, cuando las apariciones se cuentan por calamidades para la Cultura malagueña. Aunque, si tiran de memoria, se pueden salvar.
Fue el ex consejero José María Martín Delgado quien durante 1995, en su breve paso por el departamento, anunció la llegada del moderno montacargas para aligerar las piernas de los seguidores de la Alcazaba. Era la solución para salvar el desnivel de 40 metros entre el acorazado árabe malagueño y las calles de la actual urbe. Claro que también el ahora rector de la Universidad Internacional de Andalucía puede recuperar algunos manuscritos para aseverar que él se limitó a seguir con el curso de la historia. Resulta que todo se le ocurrió a un ingeniero y, con lo complicado de la firma, ahora es muy difícil descifrar su nombre. Pero allá por febrero de 1945 encontró la alternativa a tantos sudores por el amor a unas piedras bien puestas. Decía el insigne técnico que la tradición estaba de su parte.
No se podía concebir , en opinión de este adelantado a su tiempo, que en el programa de fiestas y atenciones en honor de los ilustres visitantes faltara la recepción en el invocado recinto. Como, además, ésta se programaría al final de la jornada, con un horario ajustado y después de un día de desplazamientos frecuentes e intensivos, no era menester someter al homenajeado a una nueva fatiga en unos momentos que se intentan dedicar al descanso. No pudo resistirse la Corporación de entonces ante la contundencia de los argumentos y ordenó el inicio de túneles y galerías que, con el paso de las piquetas, quedaron tapiados. En 2000 se ha encontrado el camino por la vía de Bruselas. La Alcazaba está cerrada, pero tampoco hay impenitentes caminantes que maldigan sus empinadas rampas.
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