"La cooperación judicial no debe centrarse sólo en el terrorismo"
En vísperas de la cumbre hispano-francesa, que se celebra mañana en Santander, la ministra Élizabeth Guigou afirma que la cooperación judicial entre Francia y España se ha estrechado, pero advierte de que no debe centrarse sólo en el terrorismo.
Después de haber crecido políticamente a la sombra del presidente François Mitterrand y de Jacques Delors, entonces ministro de Economía, la ministra de Justicia francesa, Élizabeth Guigou, es, a sus 53 años, uno de los pilares fundamentales del Gobierno del primer ministro socialista Lionel Jospin. Su plan de reforma judicial -asignatura pendiente también en Francia desde hace décadas a cada relevo de presidentes y jefes del Ejecutivo- se ha estrellado contra la incomprensión de la derecha y el corporativismo de los juristas. Pero, a pesar de su apariencia de tecnócrata fría, Guigou es una corredora política de fondo que ha logrado sacar adelante proyectos tan difíciles como la Ley de Paridad, que garantiza a las mujeres el acceso a los cargos electos al reservarles la mitad de los puestos en las listas electorales y en alternancia con los de los hombres, o la legislación sobre uniones de hecho, una de las más avanzadas de Europa. El pasado fin de semana, Guigou pronunció una conferencia en Madrid y participó en un debate europeo auspiciado por Delors y el ex presidente del Gobierno español Felipe González.
El reforzamiento de la cooperación judicial entre España y Francia, especialmente en el marco de la lucha contra el terrorismo, vuelve a plantearse precisamente tras los últimos atentados de ETA y mientras se dan los primeros pasos para la creación de un espacio judicial europeo. "La cooperación judicial entre España y Francia me parece excelente. No tengo conocimiento, ni por el lado francés ni por el lado español, de que hayan surgido problemas en los cerca de tres años que llevo en el cargo", admite de entrada Guigou. "Es más", añade, "hemos estrechado considerablemente nuestra cooperación. Yo he nombrado un magistrado de enlace francés que está destacado ante el Ministerio de Justicia español, en el que ha sido bien acogido y en el que se ha integrado. Su presencia nos ayuda mucho a la hora de resolver los problemas jurídicos concretos, aunque a veces sean puramente formales. Pero en la cooperación judicial las formas son fundamentales".
Guigou insiste en que ya existe una "cooperación real" entre ambos países. "Ya hay un juez francés en Madrid. Ahora espero que tengamos pronto un magistrado español destacado en París, en nuestro ministerio, aunque ésa es una decisión que debe tomar el Gobierno español", dice; "lo deseo fervientemente porque pienso que eso serviría para mejorar aún más las relaciones de cooperación judicial. Pero bajo ningún concepto se debe concentrar el trabajo de ese juez en los casos de terrorismo: hay que ocuparse de todo, de los problemas de derecho común".
La titular de la cartera de Justicia francesa se escuda en el secreto del sumario para evitar pronunciarse sobre los vínculos entre ETA y la emergencia de acciones terroristas en Bretaña. Tras el reciente atentado contra un restaurante McDonald's en esa región francesa, en el que se registró una víctima mortal, la policía confirmó que los explosivos empleados procedían de los más de 7.000 kilos de dinamita robados por miembros de ETA el año pasado en Francia.
Pero Guigou mantiene la clásica concepción centralista del Gobierno de París frente a la reclamación de los nacionalistas vascofranceses para la creación de una provincia o departamento vasco en Francia en vez de una simple subprefectura. "No, no creo que sea una solución", responde lacónicamente la ministra, que, sin embargo, defiende con entusiasmo la lucha contra la delincuencia organizada en el seno de la Unión Europea y contra el blanqueo de dinero negro en paraísos fiscales como Gibraltar o Mónaco.
"Creo que el corazón de la criminalidad organizada es el dinero negro. Y para luchar contra el dinero negro hay que tomar medidas en el plano internacional, como someter todos los paraísos financieros a una reglamentación mínima", argumenta. "No se trata de prohibir los paraísos fiscales, sino pedirles con firmeza que respeten ciertas reglas para poder tener un conocimiento suficiente sobre el origen del dinero. Evidentemente, si no se respetan estas reglas, los grandes países deben comprometerse a congelar las relaciones financieras con los paraísos fiscales", puntualiza.
Guigou considera que también se deben tomar otras medidas en el seno de la UE: "Es necesario que comencemos a construir ya un espacio judicial europeo para dotarnos de instrumentos jurídicos y de cooperación que van a permitirnos luchar mejor contra la criminalidad organizada".
Como ministra de Asuntos Europeos entre 1990 y 1993 y eurodiputada desde 1994 hasta la victoria electoral de la izquierda plural en Francia, en junio de 1997, Guigou es una decidida partidaria de la construcción de una Europa política. Ante la propuesta federalista lanzada por el ministro de Exteriores alemán, Joschka Fischer, considera que "es interesante abrir un debate sobre las perspectivas a largo plazo de la UE".
"Hay que tener la visión de la meta, pero tampoco hay que olvidar que queda un camino por recorrer", matiza. "No estoy de acuerdo con todas las proposiciones sobre una unión política muy reforzada, pero ése no es el problema. Se trata de no preparar una especie de huida hacia adelante refugiándose únicamente en discusiones sobre perspectivas lejanas mientras se olvidan las cuestiones de actualidad", agrega.
Cuando Francia se dispone a asumir la presidencia europea en el segundo semestre de este año, Guigou recuerda que su país tiene "la responsabilidad de sacar adelante la Conferencia Intergubernamental [para la reforma de las instituciones de los Quince], con cuestiones muy concretas".
"No me gustaría que nos olvidáramos de esto para centrarnos en un debate sobre perspectivas a largo plazo, lo que no nos dejaría concentrarnos en lo que hay que hacer en los próximos seis meses o en los cinco años que vienen", advierte la ministra, para quien, antes de ponerse a hablar de unión política, es necesario "intentar resolver los problemas que no se pudieron solucionar hace cuatro años en la cumbre de Amsterdam y construir de forma pragmática las llamadas cooperaciones reforzadas, sin excluir a nadie".
En este modelo de Europa a distintas velocidades, según Guigou, "algunos países pueden elegir ir más allá" en la coordinación de sus políticas y buscar una mayor integración, como en el caso del espacio Schengen. "Creo que esto es un desafío muy importante y espero que llegaremos a encontrar una fórmula para facilitar la cooperación reforzada sin excluir a nadie", concluye.
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