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Berlusconi quiere que Amato dimita tras el referéndum del domingo

El referéndum previsto para el próximo domingo, en el que se pide a los italianos que se pronuncien sobre siete temas diferentes -desde la separación de la carrera judicial hasta una nueva ley electoral-, se ha convertido en el último instrumento de la batalla política en Italia. La coalición de oposición, dirigida por Silvio Berlusconi, anunció ayer que presionará al Gobierno de centro-izquierda para que dimita, sea cual sea el resultado de la consulta. La tesis del Polo es que el Ejecutivo que dirige Giuliano Amato no tiene otra razón de existir que permitir la celebración de la consulta del domingo. Amato no está dispuesto a caer en la trampa: "No entro en estas discusiones, el Gobierno es neutral respecto al referéndum", ha dicho. Más de 400.000 personas residentes en el extranjero han sido exluidas del censo, entre ellas Sofía Loren.La campaña de acoso y derribo diseñada por Silvio Berlusconi, líder del centro-derecha y magnate de la televisión privada italiana, se parece como una gota de agua a la organizada en las elecciones regionales del mes pasado, cuando logró transformar una votación de escaso relieve político en una batalla a muerte contra el Ejecutivo de centro-izquierda. El desafío fue aceptado por el entonces primer ministro, Massimo D'Alema, que se vio obligado a dimitir tras la grave derrota sufrida por la coalición que guiaba. Aun así, D'Alema se negó a aceptar la convocatoria de elecciones anticipadas -reclamada insistentemente por el Polo- alegando para ello la inminente celebración del referéndum.

Nacionalidad francesa

La cuestión del quórum (que acuda a las urnas el 50% del censo) es tan importante que el comité referendario, en el que figuran el político ex democristiano Mario Segni, junto a los radicales Emma Bonino y Marco Pannella, ha llevado adelante una intensa campaña de concienciación y de presión sobre el Ejecutivo para que "limpiara" el censo de fallecidos. Gracias al discutido decreto-ley recientemente aprobado, el Ministerio del Interior ha podido eliminar de las listas a 410.000 ciudadanos residentes en el extranjero fallecidos o ilocalizables en las dos últimas elecciones. Uno de los nombres borrados en el Ayuntamiento de Pozzuoli (al norte de Nápoles) es el de Sofía Loren, símbolo máximo de italianidad, que reside en Suiza desde hace años y tiene nacionalidad francesa.

Este paso, que bajará el listón del quórum, puede revelarse esencial para que el referéndum triunfe. En la consulta del año pasado, en la que sólo se preguntó a los italianos si eran partidarios o no de eliminar la cuota proporcional en las elecciones generales (pasando a un sistema mayoritario puro) triunfó el sí, pero no fue válida porque faltaron 160.000 votos para alcanzar el quórum.

Lo más problemático para el Ejecutivo de centro-izquierda es que la mitad de los partidos que lo integran se opone ferozmente al referéndum electoral, lo que ha impedido a los grupos favorables a la consulta desarrollar una campaña institucional en pro del sí. También la oposición está dividida en torno a este tema. Mientras Alianza Nacional, de Gianfranco Fini, hace campaña a favor del sí en la pregunta relativa a la ley electoral, Forza Italia, de Berlusconi, pide la abstención.

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