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El homicida del portero del club de alterne pasa a disposición judicial

Manuel F., presunto homicida de Iker Gutiérrez, de 23 años, guarda de seguridad del club de alterne Acrópolis, de Bilbao, pasó a última hora de la tarde de ayer a disposición judicial tras permanecer desde el domingo pasado en dependencias policiales de la Ertzaintza. Durante su estancia en comisaría, el detenido se negó a prestar declaración, según señalaron en el gabinete de comunicación de la Ertzaintza. Sin embargo, a pesar del mutismo, las pesquisas policiales permiten albergar pocas dudas de que Manuel F. P., de 27 años, disparó en la madrugada del domingo contra su víctima por un asunto de celos. El presunto autor estaba en la creencia de que el fallecido mantenía relaciones con una ex novia suya. Varios testigos han asegurado que trabaja en un local de hostelería de la calle General Concha, próxima al lugar de los hechos.

Iker Gutiérrez falleció el lunes pasado en el hospital de Cruces a consecuencia de las heridas que le causaron los cuatro disparos de su agresor. La bala mortal le impactó en la cabeza, otras dos en el tórax y una en el abdomen, según el parte de defunción del centro sanitario. Ayer por la tarde se celebró el funeral en la Iglesia de la Natividad de Nuestra Señora de Begoñazpi, en el barrio del fallecido.

Una segunda persona, M.A.G.N., de 31 años, que también realizaba labores de vigilancia en el local de la calle Particular de Costa número 1, un callejón de General Concha, se recupera en el hospital de Basurto de las heridas de bala que el agresor le infligió en un brazo. La policía vasca descarta cualquier relación entre el herido y el presunto autor de los disparos. Fue una mala coincidencia, señalan. El lunes le dieron la noticia de que su compañero había fallecido.

Tras el tiroteo, el presunto autor de los hechos, vecino del barrio bilbaíno de La Peña, arrojó el arma a un contenedor de basura y se dirigió caminando a la comisaría de la Ertzaintza en Zabálburu, muy cerca del lugar del suceso. Allí, Manuel F. confesó su delito y fue arrestado. Las investigaciones policiales han permitido confirmar que la víctima y su agresor se conocían con anterioridad.

Un ataque dos días antes

Al parecer, según testigos, el presunto homicida ya había atacado con anterioridad al portero del club Acrópolis. Sólo varios días antes de los hechos, el agresor golpeó a Iker Gutiérrez cuando éste se encontraba en un establecimiento hostelero cercano a su lugar de trabajo. Manuel F. se le acercó por la espalda y le golpeó con tal fuerza que le derribó y quedó tendido en el suelo. Poco después la víctima se repuso y regresó al local. Parece ser que en ese momento desconocía quién le había propinado el golpe, según la investigación. Los responsables del club de alterne donde se produjo el tiroteo han señalado que el local no tiene nada que ver con los hechos, ya que fue un asunto "personal".

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