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Reportaje:

ASTRONOMÍA Planetas menores Un astrónomo avista un asteroide 'perdido' hace 89 años

Un astrónomo que se dedica a la observación de asteroides en el observatorio de Kitt Peak (Arizona, EE UU) se ha dado cuenta de que ha encontrado el asteroide 719 Albert, que se había detectado por primera vez en 1911 y no se había vuelto a observar desde ese año. El redescubrimiento de este cuerpo celeste ha permitido comprobar que orbita el Sol cada 4,28 años y que se acerca a la Tierra cada 30 años, aunque no hay peligro de que choque con ella.

Jeff A. Larsen, del proyecto Spacewatch, que estudia los asteroides cuyas órbitas se cruzan con la de la Tierra y pueden suponer un peligro en el futuro, detectó un asteroide que denominó 2000 JW8 el pasado 1 de mayo."Este objeto casi no se veía, estaba casi en el límite de lo que podemos observar y no se movía muy deprisa", ha dicho Larsen. "Pero me fijé en él porque se movía de forma diferente a sus vecinos. Se movía como lo que llamamos un objeto cercano a la Tierra".

Otros astrónomos del proyecto estudiaron el objeto en los días siguientes con otro telescopio y luego hicieron los cálculos de su órbita. Entonces se dieron cuenta de que se trata del asteroide 719 Albert, descubierto en 1911 por Johan Palisa en el Observatorio Imperial de Viena, uno de los mejores observatorios del mundo en aquella época. Palisa utilizó el telescopio de 68 centímetros del observatorio para detectarlo el 3 de octubre de 1911 y el 4 de octubre lo volvió a observar, como también hizo un astrónomo del Observatorio de Copenhague al que Palisa comunicó el hallazgo.

Desde entonces no se había vuelto a saber nada de este cuerpo celeste, que fue bautizado en honor de un barón que hizo generosos donativos al observatorio de Viena.

Los astrónomos conocen ahora con precisión la órbita de Albert. La mayor parte del tiempo, se encuentra a 480 millones de kilómetros del Sol, al que da una vuelta cada 4,28 años. Su máxima cercanía a la Tierra se produce cada 30 años -en 1911, 1941, 1971 y 2001- lo que explica las fechas de su descubrimiento y su redescubrimiento. Entonces pasa a una distancia que oscila entre los 30,5 y los 46.5 millones de kilómetros.

Ahora, los astrónomos esperan su máximo acercamiento, el 5 de septiembre de 2001, para conocer más cosas sobre él. Por ahora, no conocen ni siquiera su tamaño, aunque estiman que tiene entre dos y cuatro kilómetros de diámetro.

Objetivo perseguido

Encontrar el asteroide se había convertido en un objetivo importante de los observadores de estos cuerpos celestes, y la organización Spacewatch se ha mostrado muy contenta de haberlo logrado un año antes de su máxima aproximación.

Otro asteroide, 216 Kleopatra, ha sido objeto de interés estos días, al publicarse en Science un estudio sobre sus características. Con imágenes de radar, científicos de Estados Unidos han descubierto que este gran asteroide, descubierto en 1880, de unos 217 kilómetros de largo por 94 de ancho, tiene forma de hueso. "Es el asteroide con la forma más extraña del sistema solar", ha dicho Steven Ostro, del Jet Propulsion Laboratory, que dirigió el estudio de Kleopatra con el gran radiotelescopio de Arecibo (Puerto Rico) recientemente modernizado, cuando se encontraba a 171 millones de kilómetros de la Tierra.

Los astrónomos estudiaron su superficie y si se trata en realidad de dos cuerpos independientes y concluyeron que no tiene grandes accidentes y que es un solo cuerpo celeste recubierto del polvo resultante de anteriores choques con otros asteroides.

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