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El Saló del Tinell exhibirá 130 esculturas excepcionales de diosas de la antigüedad

Jacinto Antón

Venus prehistóricas de grandes caderas y pechos, babilónicas Isthar, Astartés fenicias, Artemisas, Afroditas y Perséfones griegas, una Isis de Alejandría. Diosas. Desde las más viejas figuras femeninas de la humanidad hasta madonnas de la romanidad tardía que prefiguran las diosas madre cristianas, nuestras Vírgenes. Un total de 130 excepcionales pequeñas esculturas provenientes de 34 museos de todo el mundo y 2 colecciones privadas, todas piezas seleccionadas por su belleza, conforman la exposición Deesses, imatges femenines de la Mediterrània, de la prehistoria al món romà, que el Museo de Historia de la Ciudad de Barcelona presentará a partir del 20 de junio en el Saló del Tinell.

A Robert Graves, autor de La diosa blanca, que propugnaba el poder poético de la diosa madre -la eterna figura femenina de la humanidad-, frente a la estulticia del dios masculino que ha acabado imponiéndose, le hubiera encantado la exposición. Una exposición que, más allá de su obvia dimensión arqueológica y estética, es un viaje de 33.000 años al simbolismo del principio femenino, desde los albores paleolíticos de la humanidad hasta el crisol donde se formaron las imágenes maternales de nuestra cultura cristiana. Un viaje además -y esto hubiera hecho aún más feliz al escritor de Deià- empapado de literatura y de poesía. No en balde el comisario es Pedro Azara, el mismo responsable de las brillantes exposiciones del Centro de Cultura Contemporánea de Barcelona (CCCB) Les cases de l'ànima y La fundació de la ciutat (actualmente en exhibición). La exposición Deesses incluye las cinco pequeñas Venus Grimaldi, de esteatita, de 35.000 años de antigüedad, entre otras maravillas, como una diosecilla articulada parta, una bella Venus de terracota del Louvre, raras estatuillas anatolias de principios del neolítico o varios ídolos cicládicos. Se han incluido dos Venus que viven cerca de Barcelona: la neolítica de Gava y la romana de Badalona. Azara subrayó ayer la relación de la mayoría de las estatuillas con el mundo funerario y señaló que no se ha pretendido hacer un inventario exhaustivo del género ni ofrecer conclusiones científicas nuevas. La aproximación que se ha hecho es buscar sobre todo la "delectación estética". Matizó el comisario que no todas las figuras son diosas, sino que hay sacerdotisas, oferentes, amuletos y figuras femeninas de las que se desconoce a qué aluden. Pero defendió su calidad genérica de "diosas" por cuanto esa categoría tiene sin duda para el observador actual, "sacralizadas en sus vitrinas por nuestra mirada, ídolos de nuestro propio pasado". Las piezas se mostrarán con un montaje sobrio pero emotivo y según un orden cronológico, dentro del cual se las agrupará por temas. Azara explica que la selección se ha hecho atendiendo a que las figuras fueran antropomórficas y su feminidad reconocible, que fueran de pequeño tamaño, tridimensionales y lo más bellas posible.

El director del Museo de Historia de la Ciudad, Antoni Nicolau, enmarcó ayer la exposición en el programa general del centro. Dijo que no debe sorprender que éste organice una exhibición como Deesses, pues el museo tiene dos líneas de trabajo: explicar la ciudad -Barcelona- y además ofrecer "una visión histórica de la cultura de la ciudad en relación con la historia del ser humano". Así, se ha creado en el seno del museo el proyecto Mediterraneum, que pretende promover una reflexión en torno al Mediterráneo como marco histórico y lugar de contacto cultural, desde el punto de arranque de la visión de Barcelona como una gran metrópoli de esa área y como producto de un mestizaje cultural de milenios.

Y es en el marco de ese proyecto donde se ubican Deesses y cuatro exposiciones que la seguirán, dedicadas respectivamente a la tríada mediterránea (el trigo, el olivo y la viña), el toro como animal simbólico, el mar y la navegación, y una última exhibición de síntesis que presentará el Mediterráneo como mosaico de culturas y que se integrará en el programa del Fòrum 2004. Para estas actividades extraordinarias que son las exposiciones -que irán acompañadas de seminarios y otras actividades-, el museo contará con más recursos de los habituales. El presupuesto para este año, por ejemplo, incluye los 80 millones de pesetas que cuesta Deesses.

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Rozando con el CCCB

Las similitudes de Deesses con las dos exposiciones de las que es comisario Azara en el Centro de Cultura Contemporánea (CCCB) son enormes (piezas arqueológicas originales y exquisitas, rastreadas en los mejores museos; énfasis en lo estético; discurso apoyado en lo literario y que busca emocionar). Y eso ha molestado en el centro, que estima que se ha actuado en "en el límite del comportamiento exigible". En el CCCB existe el convencimiento de que en Barcelona se copia su estilo de organizar exposiciones.¿Ha robado el Museo de Historia de la Ciudad el comisario Azara al CCCB? "No, él tiene una gran capacidad de trabajo", señala el director del museo municipal, Antoni Nicolau. Y añade: "Las dos exposiciones que Pedro ha hecho allí son una excepción en la línea del CCCB. En cambio, ésa es nuestra temática. Y nuestra forma de actuar ha sido siempre creer mucho en el trabajo con objetos originales, exhibirlos con grandes dosis de minimalismo, que el objeto sea lo importante y no la vitrina. En eso coincidimos con Pedro". Azara asintió a todo ello y señaló que él no pertenece ni al CCCB ni al Museo de Historia, y que sólo está vinculado, como profesor, a la UPC.

Azara, que apuntó que Deesses podría llevar el sub-subtítulo de Diosas del alma, será el comisario de otra de las exposiciones del museo previstas, la dedicada al toro.

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Sobre la firma

Jacinto Antón
Redactor de Cultura, colabora con la Cadena Ser y es autor de dos libros que reúnen sus crónicas. Licenciado en Periodismo por la Autónoma de Barcelona y en Interpretación por el Institut del Teatre, trabajó en el Teatre Lliure. Primer Premio Nacional de Periodismo Cultural, protagonizó la serie de documentales de TVE 'El reportero de la historia'.

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