Una situación dolorosa, pero no dañina
Triste y desilusionada, pero menos de lo que cabría esperar. Así despertó ayer la ciudad de Sevilla después de que el domingo el Real Betis Balompié certificase su descenso a Segunda División, donde ya la esperaba el Sevilla FC desde hace algunas semanas. ¿Por qué esta actitud serena ante semejante desastre deportivo para la ciudad? La respuesta es unánime: no por estar en Segunda, travesía que se espera efímera, Betis y Sevilla van a dejar de ser equipos de Primera.Y tampoco la capital andaluza perderá su condición de ser la ciudad del deporte, apelativo que se fraguó con la celebración del VII Campeonato Mundial de Atletismo en agosto de 1999 y que se trata de consolidar con la candidatura olímpica Sevilla 2008. Entonces, ¿qué repercusiones sociales o económicas conllevará para la ciudad el descenso de sus dos principales equipos de fútbol?
Alfonso Seoane, director adjunto de Sevilla 2008, considera que la incidencia de este desastre apenas se dejará notar ni en lo deportivo ni en lo social. "Está claro que una visita del Barça mueve más dinero que una del Eibar, pero hay que contar con la ilusión de que se va a vivir la posibilidad de conseguir de nuevo el ascenso. En el ámbito de la candidatura olímpica no nos va a afectar, porque ésta no depende de que los clubes sevillanos estén en Primera o en Segunda. Sevilla es la ciudad del deporte y seguirá subiendo con otro tipo de deportes", analizaba ayer Seoane.
Joaquín Blanco, presidente de la Sociedad Estadio Olímpico, que considera este fracaso "doblemente malo", aseguró que no interferirá en un acuerdo que facilite el uso futuro del estadio de La Cartuja por parte de ambos clubes: "Pretendemos un acuerdo de larga duración y que estén en Segunda no va a afectar las líneas de negociación que propongamos".
Mucho más perjudicial para la ciudad considera Emilio Carrillo, concejal de Economía y Empleo del Ayuntamiento, el no contar con representantes en Primera. Carrillo resaltó dos aspectos negativos que conllevan sendos descensos: "Habrá una disminución de ingresos, ya que estos clubes dejarán de percibir 5.000 millones de pesetas por derechos de imagen de la televisión. El mundo de la economía tiene una estructura de vasos comunicantes por lo que ese dinero que dejarán de cobrar los clubes y sus jugadores no recaerá en la ciudad".
Carrillo incidió en otro aspecto más preocupante desde su punto de vista: "La principal pérdida es la disminución de promoción de Sevilla en el exterior a través de sus equipos de fútbol. Las ligas europeas se siguen por televisión y el próximo año Sevilla desaparecerá de las pantallas. El mismo año en que otras ciudades españolas importantes llevan a sus equipos a semifinales de la Liga de Campeones bajan los dos sevillanos. Es un golpe fuerte".
Más incisivo se mostró Fernando Guerrero, presidente de la Confederación de Empresarios de Sevilla, que achaca el descenso a la "mala gestión" de los responsables de los clubes: "Al fin y al cabo son empresas y la decisión para contratar entrenadores y jugadores debería seguir la misma estrategia que el departamento de recursos humanos de una empresa".
No obstante, Guerrero coincide en que sus efectos serán casi inapreciables en la ciudad: "El descenso impedirá que se celebren encuentros importantes, aunque no creo que vaya a tener una repercusión seria en la hostelería. Las consecuencias serán mínimas. Se perderá algo de turismo nacional adicional pero en muy pequeñas proporciones". Guerrero destaca otro tipo de daño: "Lo que sí puede estar tocado es el orgullo personal, pero poco más".
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