Polonia toma a España como modelo para integrarse en la UE
Los negociadores de la adhesión de Polonia a la Unión Europea (UE) han cogido a España como modelo económico para fijar las bases de su adhesión y piden que sea tratada de forma igual en la política agrícola y en la regional a la hora de recibir las subvenciones comunitarias. El objetivo del Gobierno polaco es estar plenamente integrado en la UE para el año 2003 o como muy tarde en el 2005; después sería un fracaso para el amplio proceso de reforma estructural que se está realizando para modernizar el país y adaptarlo a la estructura comunitaria.
Polonia está convencida de que formará parte de la familia comunitaria en la primera ola. Es el país candidato que mayor crecimiento está registrando durante los últimos años y el que por su estructura económica y social se parece más a España. Los efectos de la recesión económica en Rusia apenas se sintieron, lo que muestra su potencial. Su PIB representa apenas el 3% del de los Quince y a las puertas de entrar en la UE se encuentra cinco años por detrás de España cuando en 1986 ingresó en la Comunidad Europea. La vida es dura, con una renta per cápita que es la mitad de la española entonces y una quinta parte de la media comunitaria ahora.Los intereses y perspectivas polacas con vistas a su participación en la UE, la psicología de los negociadores, son también muy similares a las españoles como Estado miembro, explicó el ministro responsable de la Integración, Jacek Saryusz-Wolski. "Cuando pedimos estar presentes en la Conferencia Intergubernamental (CIG) -reforma del Tratado de Amsterdam- nos dijeron que no hacía falta porque España defenderá nuestros intereses", declaró el máximo negociador polaco con un rioja en la mano.
"Polonia quiere el mismo tratamiento que España", reiteró. Esta igualdad de trato se traduce en beneficiarse de hasta 8.000 millones de euros anuales a través de los fondos estructurales y en más de 3.000 millones de euros sólo en ayudas agrícolas directas. La aportación de Polonia al presupuesto comunitario estará por debajo de la cantidad de fondos que recibirá de Bruselas, como adelantó Andrzej Anannicz, secretario de Estado de Exteriores polaco.
El proceso de integración de Polonia a la UE se encuentra en una fase técnica, durante la que están surgiendo declaraciones contradictorias sobre si es conveniente o no que se adhiera con los primeros países. El capítulo agrícola -junto al de la libre circulación, el control de las fronteras y el medio ambiental- es el que plantea más problemas.
El sector agrícola polaco quiere que se le trate en las mismas condiciones que al resto de los agricultores en la UE y exigen que desde el primer día puedan beneficiarse de las ayudas directas para ser competitivos en el seno del mercado único. Apenas un tercio de los agricultores sobrevivirá a las condiciones que impone la Política Agrícola Común (PAC), otro tercio desaparecerá y para el resto el futuro es incierto, lo que explica que el 62% de la población que vive de la agricultura (dos millones de habitantes) sean contrarios a la ampliación. "Estamos perdiendo ahora y nos preguntamos si seguirá siendo así después de todas las reformas que estamos haciendo", declaró Wlodzimierz Kowalski, activista en un sindicato agrícola.
El miedo no se respira sólo en Polonia, también en los países de la UE que temen que sus producciones puedan verse afectadas. Pero la Comisión Europea teme que la economía polaca no sea capaz de soportar la presión del mercado interior y que su integración se traduzca en una caída del PIB nacional. "Deben fortalecer sus músculos porque la competencia es muy dura en la UE", concluyó el jefe de la Delegación en Varsovia, Bruno Dethomas.
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