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Reportaje:

Esencia de 'cornicabra'

Los agricultores de Morata celebran la Fiesta del Aceite para reivindicar los alimentos autóctonos

Los vecinos de Morata de Tajuña: (5.500 habitantes), se echaron ayer a la calle, dispuestos a festejar, disfrutar, enseñar y reivindicar las bondades del aceite que se exprime de sus olivas. Los 30 grados de temperatura, que marcaba el termómetro de la plaza del pueblo, provocaban las primeras calorinas de la temporada y los primeros sudores de la primavera. Sin embargo, nada impidió a los morateños demostrar a los visitantes que el aceite de sus olivares se merece un hueco en las mesas más exigentes. Dicen los hombres de letras que olivos y aceite son una presencia constante en la historia de Morata. Una localidad, a 28 Kilómetros de Madrid, a la que se accede abandonando la carretera de Valencia, en el kilómetro 28 y enlazando, despues, con la M-301.Apunta Concepción Loriente, alcaldesa de Morata, que en el archivo municipal hay constancia de la importancia de los olivares de Morata allá por el año 1500. "La producción de los olivos de Morata abastecía a seis almazaras de la comarca", explica.

Con esa tradición a cuestas, ayer, por la plaza del pueblo se repartía queso en aceite, cogollos de lechuga en aceite, tomate en aceite y pan con aceite. "El único aceite que nos falta es el de ponernos morenos" llegó a decir un vecino guasón.

Para demostrar la bondad del aceite de aquellos pagos repartieron 15.000 minibotellas de la última producción, recolectada en enero pasado, 100% procedente de aceituna cornicabra y con una acidez de 0,3 grados, que según los técnicos equivale a una calificación de Oliva Virgen Extra. Pero de aceitunas quien sabe, y mucho, es Ángel Rhodes, secretario de la Asociación de Agricultores y Ganaderos del pueblo. Dice de esta variedad de oliva, como gusta llamar a los de Morata, que la cornicabra es una variedad similar a la oliva de los montes de Toledo que "tiene un sabor fuerte, ligeramente amargo y al final queda un sabor picante muy fino".

Sin embargo, a pesar de toda esta larga tradición aceitunera y aceitera, aunque parezca extraño, Morata no tiene ningún molino. El jugo que procede de su querida cornicabra se utiliza en la actualidad como "cabecera" para realizar mezclas con otras variedades de olivas como la arbequina catalana, hojiblanca de Málaga o picoal de Jaén. Los agricultores de Morata saben que ellos son quienes menos beneficio económico obtienen de su gran producción de aceitunas y de aceite, y no estan dispuestos a que ningún intermediario se lleve lo que podrían ser sus beneficios. Saben que la mezcla construida con sus aceitunas se refina en factorías propiedad de empresas italianas y sale al mercado en forma de aceite, con un precio de venta al público hasta cuatro veces superior.

De las 1.600 hectáreas de olivar de Morata se generan al año el 25 % del total de las aceitunas de la Comunidad de Madrid. Las 700 familias de Morata que tienen algún olivar saben que producen la cuarta parte del volumen total de aceitunas que se genera en la Comunidad. Los datos del olivar en Morata son elocuentes. En la última cosecha se recogieron 3.200.000 kilos de aceitunas de los campos de la localidad, y la producción en aceite supuso 820.000 litros.

Una cooperativa

Con estos datos de producción y cosecha los olivareros de Morata no están dispuestos a ser, por más tiempo, los hermanos pobres de la película y están dispuestos a que el dinero que se genera por las ventas del aceite "se quede en Morata, que es donde nace", afirma Ángel Rhodes. Pero para que ese dinero se quede en Morata es necesario que el propio municipio, que ya se preocupa de su producción, tambien lo haga de su elaboración y venta. Por eso, la fiesta de ayer también sirvió para animarse, entre unos y otros, y ver la posibilidad de crear una cooperativa, y de montar una almazara propia.

La alcaldesa Concepción Loriente está dispuesta a mantener la apuesta. Ayer anunció que después de las fiestas de San Isidro, el Ayuntamiento y los agricultores iniciarán los trámites para conseguir la denominación de origen. De momento, el consistorio ya ha registrado la marca Orollano, como el único aceite morateño, exprimido 100 % de aceitunas cornicabra.

También estuvo presente en al fiesta el director general de Alimentación y Consumo de la Comunidad de Madrid, Juan José de Gracia, que apostó por que los olivareros morateños se "organicen y monten esa cooperativa". Anunció que la Consejería de Economía de la Comunidad dispone de ayudas para los pueblos de menos de 10.000 habitantes, "como es el caso de Morata", y que para llevar a cabo el proyecto dispondrán de una "subvención del 40 % de la inversión total".

La fiesta tambien sirvió para presentar el Decálogo de los Olivareros de Morata, un documento que servirá como patrón, en tareas de laboreo, y que los agricultores se comprometieron a aplicar para preservar los suelos.

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