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Reportaje:

Minas contra turistas en el Caprivi

Ramón Lobo

El corredor del Caprivi es un brazo de selva que permite a Namibia rozar el río Zambeze, un capricho de los diseñadores del continente. La carretera entre Kongola y Bagani tiene 200 kilómetros y está repleta de señales de aviso: "Límite: 80 kilómetros por hora. Elefantes". Pero no se ven animales. El convoy de una veintena de vehículos se pone en marcha a las nueve de la mañana con la protección de cuatro todoterrenos del Ejército namibio. En cada uno viajan 10 hombres armados con Kaláshnikov y lanzagranadas. El corredor del Caprivi, un recorrido de turistas que iban a Botsuana o a las cataratas Victoria de Zimbabue, se ha transformado en zona de guerra.En enero, unos desconocidos asesinaron a tres niños franceses. La madre resultó gravemente herida. Desde entonces, cada mes sucede un incidente. Son ya seis los ataques en la carretera, con 11 muertos, desde que el Ejército de Angola iniciara la ofensiva contra la guerrilla de UNITA en la región de Cuando-Cubango. En Angola y en Namibia culpan a los hombres de Jonás Savimbi. En Bagani, junto al último control militar, yace un Golf azul destripado. Poco antes, cerca de la base militar de Omega, construida por la Suráfrica del apartheid, y donde ahora viven comandos especiales de Angola y Namibia, un cráter en el firme denuncia la explosión reciente de una mina anticarro.

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Asesinos de franceses

"Dicen que es UNITA, pero nadie en su juicio puede penetrar 30 kilómetros en territorio enemigo y perder tiempo en cavar un círculo tan perfecto en el asfalto; además, la mina era de fabricación rusa y no ucrania, que son las que utiliza UNITA", dice una fuente relacionada con los servicios de espionaje.

Otros, como un mecánico namibio que realiza negocios en el río Cubango, afirman sin rodeos que los incidentes contra civiles en el Caprivi son obra de las tropas de Luanda. Lo mismo que defienden las ONG locales de derechos humanos. Un blanco que trabajó en los comandos especiales de Pretoria sostiene que los asesinos de los franceses "son cuatro que están en la base Omega". Los seis incidentes acaecidos desde enero han ocurrido entre Búfalo y Omega, en los 80 kilómetros más vigilados de todo el Caprivi.

En marzo, los familiares de un namibio muerto en la explosión de una mina descubrieron a un soldado de Angola preparando otra trampa. Intentaron lincharle. La rápida intervención de los compañeros de ese militar le salvó de una muerte segura. El angoleño ha sido trasladado a Windhoek, la capital namibia.

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Un comerciante asegura que la mujer del propietario de un lodge (hotel) de la zona fue tiroteada por las fuerzas especiales del Ejército de Namibia. "En el coche se pudieron contar 90 impactos, pero no la mataron". Al día siguiente, la radio de Namibia informó del incidente culpando a guerrilleros de UNITA. "Aquí ya nadie está seguro; si supieran que he hablado contigo, estaría muerto al día siguiente".

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