"Gran hermano' cuesta 1.380 millones: normal, para un programa excepcional"
A tenor de la revuelta que se ha producido en los índices de audiencia, la sociedad española parece haber sucumbido a un culebrón que se hace en tiempo real, con personajes que no son actores profesionales y con la ventaja -para que nadie se enfade en exceso- de que ese trozo de "vida real" no afecta a nadie poderoso, influyente o simplemente famoso. A Paolo Vasile, el consejero delegado de Tele 5, antropólogo y de cultura católica, le inquietan poco las críticas: argumenta con la importancia del "experimento televisivo" y, aunque le haya costado algún dinero (1.380 millones de pesetas), está claro que aplaude con las orejas. Pregunta. ¿Pasar de tercera a primera cadena le parece coyuntural o un fenómeno duradero?
Respuesta. Gran hermano supone un momento de cambio muy importante. No por un hecho puntual, como puede ser haber ganado a Antena 3 en abril y a TVE en lo que va de mayo. Pero mi competidor no es la televisión pública, con la que nunca he tenido relación porque somos diferentes; sí la tengo con Antena 3, que es una televisión muy bien gestionada. El problema de la televisión comercial es la presencia de un grupo que tiene publicidad, subvenciones y garantía de su deuda por parte del Estado; es un asunto muy distinto al de Antena 3 y Tele 5, que compartimos el objetivo de ser rentables y hacer buena televisión.
P. ¿Hay una estrategia de las televisiones comerciales contra las públicas?
R. Atacar a un competidor con argumentos a la contra es malo, mientras que superarle en audiencia o resultados económicos es mi trabajo. Es evidente que la pública es un fracaso comercial, editorial y político.
P. ¿Fracaso político? Mucha gente, por ejemplo de la oposición, considera que TVE o las autonómicas son un éxito para los gobiernos de los que dependen.
R. Ninguna televisión tiene que estar a favor de nadie; pensar así es un fracaso. Pero, aunque no queramos pelearnos, no podemos callar ante el hecho de que hay empresas privadas que intentamos rentabilizar una inversión, junto con televisiones públicas para las que perder muchísimo dinero casi parece una cuestión de honor. Puesto que esto es así, no puede ser que las públicas emitan tanta publicidad como las comerciales.
P. ¿El modelo televisivo cambiaría si una televisión comercial se consolidara como líder?
R. Un producto excepcional, como Gran hermano, permite ir por delante una vez, pero esto no es nuestro objetivo. El día en que se acabe un programa como éste, volver a nuestro nivel de audiencia anterior no sería una caída. En todo caso, nos llena de orgullo que la CBS haya comprado Gran hermano tras ver cómo funciona en Tele 5, la primera cadena grande, de más del 20% de audiencia, que lo ha emitido.
P. Las polémicas levantadas por ese espacio no son comparables a las de otras iniciativas.
R. Mi experiencia de más de diecisiete años en la televisión europea me dice que la primera oleada de ataques, en cualquier país, se produce cuando arranca la televisión comercial; la primera transgresión es la existencia de una televisión que no está al servicio del poder ni pertenece al Gotha, a lo que manda en un país. La televisión comercial es muy democrática, porque tiene muy en cuenta lo que quiere el público, y no como algunos intelectuales, que viven fuera del mundo al que se dirigen.
P. ¿Por qué ese desprecio al intelectual?
R. No; desprecio, ninguno. Me refiero a la división antropológica entre cultura hegemónica y cultura subalterna; el intelectual sale de la cultura hegemónica y trata de dar a la cultura subalterna lo que piensa que es mejor para ella. En España tampoco he visto muchísimas críticas, y además, la crítica ayuda a reflexionar. Otra cosa es el prejuicio; hay gente que lo ha criticado antes y después de verlo, y hay quien dice que Gran hermano trata del 1984 de Orwell, pero sería mejor que leyera antes la novela.
P. ¿Hablaríamos de esto si no hubiera tenido éxito de audiencia?
R. En cuanto el director general, Mikel Lejarza, empezó a contarme el proyecto, reservé billetes de avión para Amsterdam . Lo hemos presentado como un experimento mediático, sociológico, antropológico y empresarial: es la primera vez que un programa sale producido por una televisión comercial, se emite por una de pago vinculada a otra generalista y participa en el lanzamiento de una tercera.
P. Observo aquí los monitores que muestran cinco señales de televisión; ninguna es de Gran hermano.
R. Bueno, es que estaba en una reunión y acabo de entrar en el despacho. Yo veo mucho la señal de veinticuatro horas de Gran hermano, porque es fundamental que este programa sea una transgresión del lenguaje televisivo, pero no haga transgresión con las imágenes. He pedido a los que se ocupan del espacio que lo cuiden de manera férrea y constante, no sólo como producto de Tele 5, sino para que no salgan imágenes que puedan ofender a la gente que está en la casa o fuera de ella.
P. Con este control de imágenes, y si ya anticipa que no van a salir las más fuertes, probablemente bajará la audiencia.
R. La cámara oculta ya la hemos hecho todos muchas veces; lo que cuenta aquí es la historia, una comedia de situación, con la diferencia de que en vez de actores que desarrollan dos o tres tramas con un guión preestablecido, se trata de una comedia del arte sin actores ni guión. El experimento consiste en saber cómo encaja y vive junta esta gente, que lo hace así por su voluntad. Y todos participamos en este experimento con nuestra reacción.
P. ¿Cuánto dinero ha invertido Tele 5 en este programa?
R. Es caro, pero tiene efectos en la afección a toda la cadena. Sus emisiones logran una gran audiencia; pero, además, los informativos han subido sin hablar de ese programa y otros espacios que ya iban bien ahora van mejor. El sábado, que no hay Gran hermano, ganamos...
P. Ya, pero ¿cuánto han invertido?
R. Hemos invertido 1.380 millones de pesetas. Al mismo tiempo hemos vendido las imágenes de 24 horas a dos televisiones de pago (Vía Digital y Quiero), pero no puedo decir a qué precio; quizá puede preguntarles a ellos.
P. ¿Qué parte de la inversión recuperan con estas ventas?
R. Más o menos, el 25%. Y como todos los programas de nuestra cadena se benefician del tirón, creo que el coste es normal para un espacio excepcional.
P. ¿Cuánto representan 1.380 millones de pesetas en el presupuesto de Tele 5?
R. En una parrilla de una televisión de este tamaño (entre los 40.000 y los 45.000 millones), Gran hermano supone alrededor del 3%. Dado que se ofrece seis días a la semana, varias veces al día, su coste por minuto es inferior al de las series de mayor seguimiento.
P. ¿Y cómo ha quedado su empresa, Mediaset, tras la marcha del consejero delegado, Maurizio Carlotti?
R. Dolida. Para Tele 5, la gente percibe una pérdida sentimental muy fuerte por una persona a la que debe mucho; para Mediaset es una pérdida importante de potencial. Una empresa no debería perder inteligentsia.
P. ¿Carlotti seguirá de vicepresidente en Tele 5?
R. No lo sé. Lo es en representación de Mediaset; depende de cómo se cierre el acuerdo.
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