"En esta década, Puerto Rico será un Estado de EEUU"
Persigue el objetivo de que en la década que acaba de comenzar Estados Unidos añada a su bandera una nueva estrella representando a Puerto Rico; sin embargo, Pedro Roselló (médico, de 56 años), gobernador del que hasta ahora es Estado Libre Asociado, se enfrenta a la oposición tanto de aquellos de sus compatriotas que quieren preservar la cultura hispánica de la isla caribeña y le acusan de minar el empleo del español en beneficio del inglés, como de sectores conservadores en Washington que no quieren oír ni hablar de un Estado de mayoría hispana con igualdad de derechos. Pregunta.Ya se han celebrado tres referendos sobre la incorporación plena de Puerto Rico a Estados Unidos y cada vez es mayor el porcentaje de partidarios. ¿Cuál estima que será la fecha en que gane el sí?
Respuesta.Me atrevería a decir que en esta primera década del nuevo siglo Puerto Rico tomará la decisión de convertirse en el Estado 51º de la Unión.
P.¿Cuáles son las principales reticencias a la anexión?
R.Son dos, aunque a mi entender no son obstáculos reales. Uno es el argumento económico. El que Puerto Rico ahora no tiene responsabilidad en las contribuciones federales. Para mí no es un argumento convincente, porque la historia demuestra que, sin excepción, cada vez que ha habido una transición de un territorio a Estado, la economía de ese territorio aumenta significativamente. Sólo cuando uno se convierte en un miembro pleno, desaparece el retraso económico. El otro argumento es el cultural. Se aduce que Puerto Rico perdería su cultura centenaria. Tiene elementos fuertes hispanos, pero también africanos y nativos. Yo creo que Puerto Rico lleva integrado un siglo con EEUU, y las mismas influencias que ocurrirían entonces han ocurrido ya ahora. La cultura no es estática, pero el componente básico de esa cultura permanece.
P.Su proyecto también se ha encontrado un fuerte rechazo republicano en Washington.
R.Era predecible. Los republicanos no han sido consecuentes en responder a las reivindicaciones de grupos minoritarios, y los demócratas han asumido ese papel. Lo estamos viendo en cuestiones como educación, empleo, salud... Por otro lado, en un momento en que los republicanos controlan el Congreso pero por escasa mayoría, temen que una delegación puertorriqueña en el Congreso federal se incline del lado demócrata. Además, la población hispana -a excepción de los cubanos- vota en su mayoría a los demócratas.
P.Usted ha aprobado recientemente una disposición que deroga la obligatoriedad del bilingüismo en importantes documentos de Puerto Rico en sus relaciones exteriores y comerciales. ¿No es una discriminación contra el español en beneficio del inglés?
R.Eso no es correcto. En Puerto Rico hay cooficialidad del español con el inglés. Lo que hace la orden ejecutiva es reconocer que se utilizaba la excusa del idioma para desviar o hacer descarrilar proyectos importantes. Se requería que se tradujeran al español, cuando en realidad, si están en español, no es necesario que se traduzcan al inglés. Ahora, si una de las partes quiere hacerlo [traducir], lo puede hacer, pero no es un requisito imprescindible. Lo que hace la orden ejecutiva es establecer un nivel que permite la agilización de todas las transacciones. La medida persigue la eliminación de una burocracia innecesaria.
P.Pero, en la práctica, esto supone que el inglés será el único idioma que se utilizará, por ejemplo, al tratar con la Administración Federal estadounidense.
R.No, no. Los documentos pueden estar en inglés o en español. Lo que hace es que los procesos sean más eficientes. Si alguien tiene alguna objeción sobre un documento, que la presente, pero no puede utilizar procesos burocráticos para evitar el flujo rápido y ágil de las transacciones.
P.¿Qué porcentaje de esa documentación calculan que se hará en inglés y cuál en español?
R.La verdad es que no tengo idea.
P.¿Cómo responde a las críticas que se le hacen de favorecer el inglés en detrimento del español?
R.Ustedes tienen situaciones similares internas en algunas comunidades autónomas. No es extraño que en Cataluña se consideren el catalán y el español idiomas oficiales; por tanto, es una vivencia natural. De igual manera que aquí conviven en diferentes comunidades autónomas, diferentes idiomas oficiales, en Puerto Rico conviven el inglés y el español. Es más, el español es la lengua que usamos diariamente. El bilingüismo no es una desventaja, es una ventaja. Aun los que quieren un Puerto Rico independiente, en su interior tienen que reconocer que, incluso así, el que Puerto Rico tenga una situación bilingüe es una ventaja.
P.¿Va a adoptar medidas que eviten la discriminación de los que desconocen el inglés?
R.La discriminación no se basa en el desconocimiento de una de las lenguas. En EEUU hay una población hispana que se acerca a los 30 millones y hay personas que no dominan el inglés, pero el sistema político prevé ese estado de desconocimiento del inglés, que debo decir no es idioma oficial en EEUU. Hay educación bilingüe, papeletas de votación bilingües, y eso que ahí los hispanos son minoría. Pero en Puerto Rico son mayoría y se entraría en la Unión totalmente como un Estado hispano.
P.Actualmente existe gran oposición sobre el uso militar de la isla de Vieques.
R.Los extremos se juntan. En Puerto Rico hay una oposición a una directriz del presidente Clinton para solucionar la situación específica de Vieques. Permite que por decisión democrática de los 9.300 habitantes de la isla en tres años la Marina [de EEUU] salga y que haya un proceso de transferencia de los terrenos de la Marina al Gobierno de Puerto Rico, que va a usarlos para conservación, recreación y desarrollos de vivienda y económicos. Esa solución está ya sobre la mesa. Hay grupos que en ambos extremos se oponen: por un lado, los más conservadores del Partido Republicano, que quieren que la Marina retenga el uso indefinido y sin restricciones del campo de maniobras en Vieques. En el otro extremo están grupos que no sólo quieren que salga la Marina de Vieques, sino de Puerto Rico, y que de hecho salga toda la estructura federal de Puerto Rico. En esencia tienen una base separatista. Ambos extremos se han unido, aunque por diferentes razones. El periodo para el referéndum va del primero de agosto de este año hasta febrero de 2002. Yo tengo esperanza en que se produzca este mismo año.
P.¿Le preocupa que la mayor parte de la inversión española en Puerto Rico sea la bancaria, con la volatilidad que estas inversiones suponen?
R.Las inversiones de los bancos españoles en Puerto Rico han experimentado un crecimiento sostenido. En Puerto Rico ha habido una estabilidad, y eso es importante en términos de decisiones bancarias. También en el área de tecnología nos interesa mucho que haya una participación española. Estamos creando un corredor tecnológico donde se dan ciertas ventajas contributivas y ayudas a empresas de tecnología que buscan lugares para hacer sus investigaciones.
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