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La guerrilla de Sierra Leona combate contra los 'cascos azules' y avanza sobre la capital

Sierra Leona, y sobre todo su capital, Freetown, vive en la confusión, el miedo y el caos. El líder del Frente Revolucionario Unido (RUF), Foday Sankoh, cuya vivienda en Freetown fue escenario el lunes de un violento tiroteo, parece estar bajo protección del Ejército. Una paradoja si se tiene en cuenta que unidades guerrilleras avanzan hacia la capital, algo que puede interpretarse como un anuncio claro de las intenciones del RUF: hacerse con la ciudad y forzar un nuevo acuerdo de paz. Los cascos azules se replegaron ayer de algunos puntos del país ante la ofensiva de los rebeldes.

Los cascos azules que protegían la zona carecían ayer de noticias sobre el paradero del líder del RUF, desaparecido tras los sucesos del lunes. Pero fuentes del Ejército de Sierra Leona dijeron ayer a EFE que está bajo su protección, en Freetown. Mientras, la misión de Naciones Unidas reconoció anoche que sus tropas se han replegado de la población estratégica de Masiaka, a 56 kilómetros de la capital, donde los guerrilleros lanzaron ayer una ofensiva. La razón del repliegue fue la falta de municiones tras horas de choques militares.El ministro británico de Exteriores, Robin Cook, aseguró ayer desde Londres que los 700 paracaidistas enviados por su Gobierno para facilitar la evacuación de los súbditos del Reino Unido permanecerán en el país unos 10 días, el tiempo suficiente para que la ONU pueda reforzar sus 8.700 soldados.

"Debemos conocer bajo qué circunstancias [Sankoh] abandonó su residencia", aseguró ayer David Wimhurst, portavoz de la misión de paz de la ONU en Sierra Leona. "Estamos ansiosos de poder hablar con él", añadió. Otras fuentes sostienen que el jefe de la guerrilla está retenido por miembros del Ejército de Sierra Leona después de que el lunes se produjera un grave incidente frente a su vivienda en el que murieron al menos siete personas. Algo que coincidiría con la información facilitada ayer por fuentes castrenses, aunque éstas hablaban de "protección" y no de retención.

A pesar de su perfil radical, despiadado, con una ideología a la que suma principios maoístas de la revolución rural con ideas cristianas, Sankoh representa una de las escasas llaves disponibles para lograr una solución definitiva a este conflicto, que dura ya nueve años. En los últimos días ha criticado a la ONU por tomar partido y se ha distanciado de la captura de cerca de 500 cascos azules, de los que aún no se tiene noticia alguna.

El RUF dispone de 45.000 hombres armados. Enfrente de la guerrilla se mantienen los restos del Ejército de Sierra Leona (apenas existente) y la poderosa milicia de los kamajors (cazadores de la montaña), a las órdenes de Hinga Norman, el verdadero hombre fuerte del Gobierno constitucional de Ahmad Tejan Kabbah. A ellos hay que sumar ahora al ex capitán golpista Johnny Paul Koroma, que derribó a Kabbah en un pronunciamiento en 1997 en alianza con el RUF. Koroma, en sus últimos movimientos, parece haberse distanciado de Sankoh. De los tres, sólo los kamajors representan un adversario para los guerrilleros.

Fuentes humanitarias informaban ayer de la llegada de cientos de refugiados sierraleoneses a la frontera de la vecina Guinea Conackry. Entre ellos, la mayoría varones, hay soldados en desbandada del Ejército de Sierra Leona que han abandonado el interior del país.

El problema con el que se enfrenta la ONU es la ausencia de un interlocutor válido en la guerrilla. El verdadero jefe militar, Sam Bockarie, aliado de Liberia, no ha dado la cara. Sankoh es la figura de referencia, pero no el poder auténtico. El Gobieno de Nigeria, presidido por Olusegun Obasanjo, convocó ayer a todos los presidentes de los países de África Occidental a una cumbre en Abuja para discutir la situación en Sierra Leona. El único resultado concreto de la cumbre fue el mandato que recibió el presidente de Liberia, Charles Taylor, para negociar la liberación de los cascos azules secuestrados. Los mandatarios africanos también advirtieron de que están dispuestos a usar la fuerza si se trata de tomar el poder en Sierra Leona de forma no democrática.

El secretario general de la ONU, Kofi Annan, ha abandonado su lenguaje medido y ha criticado a Sankoh por la situación que se vive en el país. Annan ha llegado a afirmar que la comunidad intenacional se podría plantear abrir un proceso por genocidio y crímenes de guerra. Los acuerdos de paz del 7 de julio de 1999 incluían una amnistía para los guerrilleros y la obligación de entregar las armas.

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