El mandatario francés reclama más coordinación en la zona euro

La situación del euro, presente en el discurso del primer ministro francés, acaparó buena parte del debate en la Asamblea, como reflejo de la inquietud que, según las encuestas, ha contagiado ya al 58% de los franceses. "No podemos estar satisfechos de la evolución actual de la cotización del euro", afirmó Lionel Jospin, tras subrayar el enorme simbolismo identitario de la moneda europea y las ventajas que ha aportado al empleo y al crecimiento económico. En lo que pareció una crítica implícita, Jospin se comprometió a "reforzar el papel del euro y a velar por la coordinación de nuestras políticas económicas con la preocupación de asegurar una mejor visibilidad", dijo, "de la política económica de la zona euro y de la autoridad, naturalmente política, que la conduce". Los principales oradores de la Cámara tomaron la palabra para reclamar una reacción. Tras mostrar su preocupación, el ex presidente de la República y pionero de la construcción europea, Valéry Giscard d'Estaing, pidió que la futura presidencia francesa inscriba "entre sus prioridades" la consolidación del euro. "Necesitamos un Consejo de Ministros especialista de la zona más dinámico y un recinto parlamentario donde el Banco Central [Europeo] pueda debatir la política del euro y someterla a la crítica. Quisimos que fuera independiente, pero", añadió, "no pedimos que fuera huérfano". El ex presidente reclamó una "reflexión general" a la vista de que el euro ha perdido una cuarta parte de su valor en 17 meses.

El ex primer ministro Alain Juppé trató de desdramatizar invocando los efectos parcialmente beneficiosos de la debilidad de la moneda, pero no por ello dejó de señalar, como origen del problema, "la ausencia de un proyecto europeo político claro sostenido por una voluntad política fuerte". Laurent Fabius, ministro de Economía, se mostró persuadido de que el euro remontará en las próximas semanas y encontrará un nivel más acorde con la realidad económica.