_
_
_
_
FÚTBOL Liga de Campeones

Las supersticiones de Roberto Carlos

Diego Torres

Roberto Carlos pareció perturbarse cuando al salir del aeropuerto de Múnich se topó con un autobús del Bayern, esperando a la plantilla del Real Madrid para llevarla al hotel. Por sus adentros se cruzó una idea fatalista con arraigo en alguna superstición: "Mala señal". El mismo autobús le esperó la última vez que visitó la ciudad, antes de llevarse cuatro goles y una derrota del estadio Olímpico. "Lo hacen por cortesía, debemos agradecerlo, ya lo sé, pero... el Barcelona no lo haría", reflexiona el brasileño, que no se decide. ¿Lo hacen por arrogancia, o porque los alemanes lo tienen todo previsto? "El Madrid es un club suficientemente grande como para viajar en su propio autobús", concluye el brasileño.Quizá el autobús del Bayern forme parte de un plan cuidadosamente articulado. Porque el club lo tiene todo previsto para luchar por un objetivo que lo abruma: ganar su cuarta Copa de Europa. El plan es riguroso y el presidente, Franz Beckenbauer -que como jugador participó en la consecución de tres títulos continentales, en 1974, 1975 y 1976- es la voz más temida entre los jugadores. Beckenbauer reclama sacrificio y la plantilla lleva una semana concentrada, entre carreteras, aeropuertos y hoteles. Los jugadores del Bayern no ven a sus familias desde el martes pasado, cuando el equipo viajó a Madrid para disputar el partido de ida de las semifinales. Salvo en las comidas -en contra de las costumbres mediterráneas, mucha carne roja y poco espageti- y en la celebración de la consecución de la Copa alemana, el sábado -regada con abundante cerveza bávara-, los hombres del Bayern piensan sólo en sudar para acaparar títulos. Para olvidar pronto la pérdida de la Copa y la Copa de Europa el año pasado, en dos finales devastadoras para su moral. Y para llevarse un buen botín a casa: el premio por ganar la final de París se eleva a ocho millones de pesetas para cada uno.

Más información
El Madrid expone su presente y su futuro
Del Bosque, dispuesto a repetir el sistema del Bernabéu con Morientes y Anelka en punta
Julio César, el sustituto de Karanka, dice que no está bien
Effenberg, el jefe de la banda

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Diego Torres
Es licenciado en Derecho, máster en Periodismo por la UAM, especializado en información de Deportes desde que comenzó a trabajar para El País en el verano de 1997. Ha cubierto cinco Juegos Olímpicos, cinco Mundiales de Fútbol y seis Eurocopas.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_