Un secador para explicar cómo es una duna

El Instituto Atenea logra levantar más expectación explicando cómo se forman las dunas con un secador y arena que el mismísimo Centro Superior de Investigaciones Científicas. Por lo menos en el estand del instituto en la I Feria de Madrid por la Ciencia -que finaliza hoy en el Pabellón de Convenciones de la Casa de Campo- hay más gente. Y es que ni los museos, ni los centros de investigación nacionales que están presentes pueden con el empuje de 700 chavales, de entre 10 y 18 años, ofreciendo en vivo los experimentos realizados en clase.El objetivo que persigue esta muestra, organizada por la Comunidad de Madrid y el Ayuntamiento, es demostrar a los escolares que la ciencia no sólo no muerde, sino que hasta puede ser divertida. Eso, y que algo tan abstracto como el ADN o una disolución sirven para dar respuesta a preguntas tan mundanas como: ¿quién es el padre del bebé? o ¿tiene un cigarrillo negro más o menos nicotina que uno rubio?

Eugenio, un estudiante de 4º de ESO del instituto El Carrascal, explicaba las bondades de un test genético para desentrañar las dudas sobre un recién nacido. "Esto es un dilema ético", decía tras señalar la representación de una cadena de ADN y asegurar que una madre de alquiler tenía nulas posibilidades de quedarse con un niño de encargo.

Alberto, de 3º de BUP del Santa María del Pilar, explicaba las maldades del tabaco. "Pretendemos determinar la cantidad de nicotina y alquitrán que tienen los distintos tipos de cigarrillos", advertía este joven antivicio. Sus instrumentos científicos: sal colmún, un tubo de vidrio, donde introducía la sal y el cigarrillo, y un aspirador de goma "para fumarse virtualmente el pitillo". Cuando se había consumido, sacaba la sal del tubo y la disolvía en agua. El resultado: la nicotina, "que es soluble", volvía el líquido amarillo y el alquitrán ennegrecía el filtro de papel por donde había pasado.

"Y si te bebes eso, ¿qué pasa?", le preguntaba otro chaval que quería llevar más allá el límite de lo científico. "La nicotina se absorbe más rápidamente por vía respiratoria, porque pasa directamente a la sangre", le contestaba Alberto sin inmutarse.

La Ciudad Escuela de los Muchachos, por su parte, pretendía mostrar lo lejos que estamos de cuidar el medio ambiente con la metodología del concurso televisivo La ruleta de la fortuna. Leticia, de 12 años, te obliga a girar la rueda. Al final, en vez de dinero hay una pregunta: ¿compras productos que provengan de animales salvajes?, ¿si tu perro hace caca en la calle la recoges? Y así varias facetas de la vida cotidiana. Si la respuesta es la buena, una luz verde se enciende y te anima: "Bien, sigue así". Si no, te adoctrina: "Puedes mejorar".

Pero todos los experimentos no están cargados de moralina. El instituto Francisco de Goya reproducía un volcán en miniatura. Los materiales: una rejilla de amianto sobre la que Víctor, de 15 años, colocaba diligentemente un polvo de color naranja en forma de cono. Le acercaba una varilla de vidrio caliente y aquello saltaba por los aires como si fuera lava."Es dicromato de amonio, que es muy inestable a temperatura ambiente", relataba como si se tratara de una terminología que conociera desde siempre.