Desmantelada en Francia una mafia que explotaba a sordomudos eslavos La red ucraniana opera también en España
Los anónimos sordomudos que pasan de mesa en mesa por los restaurantes dejando llaveros o cualquier otra fruslería, junto a un escrito en el que piden ayuda económica a nombre de fantasmales organizaciones de discapacitados, son, en ocasiones, personas explotadas por organizaciones mafiosas que utilizan contra ellos la violencia y la intimidación. La policía francesa acaba de desmantelar una de estas organizaciones con ramificaciones en España y otros países europeos que se dedica desde años a explotar a cientos o miles de sordomudos de origen eslavo forzados a pedir limosna.
Un total de 46 sospechosos ha sido detenidos hasta ahora en la redada llevada a cabo por efectivos de la Policía del Aire y de las Fronteras (PAF). Entre los detenidos, figura el jefe máximo de la red, un individuo apodado El Padrino, así como buena parte de los responsables de esa organización piramidal que, sólo en Francia, explotaba a más de 400 sordomudos repartidos estratégicamente en distintas capitales y sometidos a controles estrictos.
Según la contabilidad incautada, cada sordomudo estaba obligado a entregar mensualmente a la red una cantidad que variaba entre los 5.000 y los 10.000 francos (de 125.000 a 250.000 pesetas).
La red, actualmente operativa en Alemania, Austria, España, Grecia y Portugal, es dirigida desde Ucrania, según han constatado los investigadores que trabajan a las órdenes de los jueces parisienses Henri Pons y Michèle Vaubillon.
Gran parte de los sordomudos proceden de Ucrania, de Moldavia y Bielorusia y son trasladados a los diferentes países europeos con visados de turistas bajo la cobertura de supuestas organizaciones de minusválidos y con la falsa promesa de lograr empleos dignos. El propio El Padrino se presenta a sí mismo como presidente de una pretendida Asociación Nacional Ucraniana de Minusválidos. Los mendigos son alojados en hoteles o pensiones de muy baja categoría o instalados en campings.
Los máximos responsables de la organización viajan periódicamente a los distintos países para recoger la recaudación y mantener la disciplina. Durante la operación policial, fruto de un trabajo de nueve meses, también fueron incautados varios vehículos y un millón de francos (25 millones de pesetas) en moneda francesa, dólares y marcos.
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