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Los sondeos a pie de urna auguran el fracaso de Blair en las municipales de Londres

Isabel Ferrer

Ken Livingstone, Ken el rojo como todavía le llaman sus partidarios, se perfilaba anoche como vencedor en las elecciones municipales que dotarán a Londres del primer alcalde de su historia con poderes ejecutivos. Los sondeos iniciales a pie de urna le daban en la madrugada de hoy un 42% de los votos contra el 25% obtenido por su principal oponente, el conservador Steven Norris. Aunque los resultados oficiales no se sabrán hasta hoy, la consulta se ha convertido en un desafío para el Gobierno de Tony Blair. El líder laborista ha visto cómo se ha vuelto contra él su rechazo al antiguo correligionario y ahora independiente Livingstone. Los sondeos en los otros 152 municipios que celebraban comicios también hablan de una derrota para Blair.

Según los datos provisionales recogidos por la BBC nada más cerrar los colegios electorales, Livingstone presidirá la también nueva Greater London Assembly (Asamblea del Gran Londres), el gobierno municipal de la capital británica. Para alcanzar por lo menos el 51% de los sufragios, Livingstone precisará sin embargo del recuento del segundo nombre elegido ayer por los electores. Las papeletas rellenadas por los cinco millones de londinenses con derecho a voto incluían dos candidatos. Si el primero obtenía el 50% a la primera, podía considerarse ya alcalde. De no ser así, había que sumar a la opción inicial los votos obtenidos por el segundo candidato de la lista escogido por los mismos electores.

Incluso en ese caso, que al final fue lo que ocurrió con Ken Livingstone, su nombre seguía siendo el más votado. "Siempre he dicho que la contienda sería muy reñida, pero el poco eco obtenido por el candidato [oficial] laborista Frank Dobson -anoche con un 14% de los primeros sufragios- demuestra que a los ciudadanos no les gustan las imposiciones gubernamentales", declaró el propio Livingstone a la BBC todavía en pleno recuento de papeletas.

Relajado, pero con aspecto cansado, el azote de Blair hizo votos por descongestionar Londres de tráfico y mejorar el Metro sin poder evitar llamarle la atención al líder laborista: "Tony Blair no debe creerse que las próximas elecciones legislativas [previstas para el año 2001] están ganadas. Lo de hoy es un aviso. Los electores quieren una buena gestión, no ser intimidados".

La composición de la Asamblea del Gran Londres tampoco quedará clara hasta hoy, pero los recuentos iniciales daban una ligera ventaja a los laboristas. Con el apoyo de los liberales demócratas, ello bastaría para que el partido en el poder controlara el organismo que será uno de los centros de poder de la ciudad. No el único, puesto que la mayoría de los servicios urbanos seguirán dependiendo de los 33 distritos londinenses.

Mientras las papeletas seguían abriéndose en los 4.334 colegios electorales de toda Londres, en el resto de Inglaterra fluctuaban a favor de los conservadores los resultados de las elecciones celebradas a su vez en 152 municipios. Según cálculos de la BBC, la oposición tory podría hacerse con cerca de 500 de los 3.300 puestos de concejal que debían cubrirse escogiendo entre 10.000 candidatos. Ello supondría un aumento del 10% para los conservadores con respecto a 1996. Los laboristas, por el contrario, bajarían un 15%.

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Se trataría de un doble fracaso para Tony Blair en esta prueba electoral previa a los comicios legislativos de 2001.

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