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Duran afirma que Cataluña persigue lo mismo que Quebec pero sin independizarse

Los mismos objetivos pero a través de diferentes vías. Al consejero de Gobernación y máximo líder de Unió Democràtica, Josep Antoni Duran Lleida, le salió ayer en Quebec su vena más soberanista y defendió la necesidad de que tanto esta región francófona canadiense como Cataluña puedan decidir su propio futuro político, es decir, su modelo de relación institucional con el Estado al que pertenecen. No obstante, Duran se esforzó en marcar distancias y precisó que CiU no persigue la independencia de Cataluña, al contrario del Partido Quebequés (PQ), cuya meta es la secesión.

Quebec despierta en los dirigentes de CiU sus instintos más nacionalistas. El propio Jordi Pujol ya calificó a esta provincia canadiense como de referente político para Cataluña, aprovechando la visita del presidente quebequés, Lucien Bouchard, el pasado año a Barcelona. Y ayer, Duran se unió a la misma empresa. El consejero inició una visita oficial de dos días a Quebec y pronunció una conferencia sobre el papel de Cataluña en España. Cataluña y Quebec están gobernadas por partidos nacionalistas que persiguen los mismos planteamientos, dijo el consejero de Gobernación y Relaciones Institucionales, es decir, la autodeterminación de sus respectivas nacionalidades y que sus habitantes puedan determinar, mediante referéndum, su posición política. Pero si el PQ apuesta sin fisuras por la independencia -ya ha convocado dos consultas populares que ha perdido por escaso margen-, CiU es firmemente partidaria de no segregarse de España.

Europa y los ciudadanos

"El futuro de Cataluña no pasa por la independencia", afirmó Duran, "no porque no sea económicamente posible, sino porque más allá de que la gran mayoría de ciudadanos no participan de esta idea, la Europa que se está construyendo no parece muy interesada en esta cuestión". A continuación, Duran Lleida se dedicó a repetir el programa básico de la coalición nacionalista, o sea, que el Gobierno español reconozca de una vez por todas el carácter plurinacional de España.

"Nadie quiere la ruptura", aseguró, "pero es legítimo que el catalanismo político intente forzar las circunstancias para que el modelo español sea más democrático y plural". Para alcanzar este objetivo serían necesarios, a juicio del dirigente democristiano, dos cambios de planteamiento en Europa y Cataluña. Por una parte, que la Unión Europea sea un modelo "descentralizado, federal y democrático, y subsidiario en la toma de decisiones" para que las naciones sin estado "puedan defender sus intereses". Por otra, que Convergència i Unió se replantee las fórmulas de colaborar en la gobernabilidad de España, y que no concretó, dada la mayoría absoluta del PP. No obstante, Duran evitó pronunciar lo que alguno de sus compañeros de partido ya empieza a defender con vehemencia: que CiU se integre en el Gobierno con su correspondiente cuota ministerial.

Al hilo de esta idea, el consejero y dirigente democristiano defendió "un nacionalismo con sentido común" que centre sus prioridades en la búsqueda de soluciones pragmáticas "de orden económico, político, social, cultural o lingüístico".

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La Carintia de Haider, también

La visita a Quebec es la primera de una ofensiva lanzada por el Gobierno de la Generalitat para incrementar sus relaciones institucionales con las naciones sin Estado europeas. Pero el verdadero caballo de batalla será la creación de un foro de regiones de Europa con poder legislativo, cuya primera reunión se celebrará a finales de noviembre en Barcelona, y un núcleo duro de las que se reconocen a sí mismas como naciones sin Estado. El objetivo de la coalición nacionalista es impulsar un verdadero foro de intercambios políticos debido a la uniformidad, a juicio de los dirigentes del Ejecutivo catalán y del propio Duran, de la Asamblea de Regiones de Europa que mezcla comunidades autónomas o condados ingleses.La inclusión en esta nueva asamblea del Estado austriaco de Carintia, gobernado por el ultraderechista del Partido Liberal (FPÖ) Jörg Haider, no sería impedimento para Duran Lleida. Unió Democràtica se opuso a la expulsión del Partido Popular de la Internacional Democristiana, tras el pacto con el FPÖ.

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