Los turistas secuestrados por separatistas filipinos temen no poder aguantar el cautiverio
Varios de los 21 turistas rehenes que desde hace 12 días permanecen en poder de un grupo separatista filipino han pedido a sus captores que les liberen pronto debido a que su estado de salud es delicado y temen no poder resistir mucho más, según periodistas que han logrado contactar con ellos. Los secuestrados se han alimentado sólo de agua de lluvia y arroz mientras permanecen retenidos en un chamizo de la isla de Jolo, situada más de 900 kilómetros al sur de Manila y fuertemente defendida por milicianos del movimiento independentista musulmán Abu Sayyaf.
Las primeras imágenes obtenidas del grupo de secuestrados muestran a personas cansadas, debilitadas y asustadas. Todos -diez malaisios, tres alemanes, dos franceses, dos surafricanos, dos filandeses, un libanés y una filipina- fueron secuestrados en el enclave turístico de Sipadan, situado en Malaisia, y desde ahí trasladados a Jolo, en el departamento filipino de Mindanao."No se trata de que nos estén aterrorizando o algo parecido, nos están tratando correctamente, pero las condiciones aquí son muy pobres y se deterioran día a día", relató uno de los secuestrados, Werner Gunter Kort, de nacionalidad alemana. El turista, que aseguró que su mujer y su hijo están también secuestrados, pidió al Gobierno filipino que no intente ninguna operación de rescate por la fuerza "porque no tendría ninguna oportunidad". "Busquen una solución pacífica y háganlo pronto", reclamó Kort, que también solicitó la ayuda de Naciones Unidas y de la Conferencia Islámica.
"Por favor, aceleren las negociaciones", señaló la libanesa Marie Michel. "No estamos habituados a este clima, no estamos habituados a estas condiciones, no podremos aguantar mucho más", añadió.
Todos los rehenes fueron examinados por un médico que acompañaba a un grupo de periodistas que fueron autorizados a visitar el lugar del cautiverio. El médico señaló que, a pesar de las circunstancias, los rehenes se encuentran bien.
Alrededor de 100 guerrilleros controlan los accesos al lugar del secuestro, aunque varios kilómetros más allá efectivos militares han rodeado la zona para impedir que los rebeldes traten de escapar.
Mientras, en la isla de Basilan, también en Filipinas, el Ejército ha lanzado una operación de rastreo en un sistema de túneles construido en la II Guerra Mundial para tratar de localizar un grupo de 27 personas -22 de las cuales son niños pequeños- secuestradas por independentistas musulmanes. Varios testigos aseguraron haber oído voces de niños procedentes de los túneles. El pasado domingo, 10 soldados y 50 guerrilleros murieron en unos violentos combates librados en la misma zona.
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