El estado del Jardín de la Caridad
» Sobre el estado del Jardín de la Caridad. Es bastante lamentable el estado en que se encuentra desde hace años el Jardín de la Caridad, en pleno centro de Sevilla, junto al teatro de la Maestranza. Montones de arena, pintadas, el estanque lleno de inmundicias y además cerrado a cal y canto por una horrible verja. ¿Tan difícil sería que la administración competente lo arreglara y pusiera vigilancia diurna a cargo de los vovis aunque lo cerraran de noche? Y que trasladaran el monumento a Mozart, situado en la otra acera del Paseo de Colón al citado jardín y le restituyeran la partitura, pues desde que fue robada por los vándalos el ilustre compositor está bastante ridículo mirándose la mano.» El trato al cliente en una estación. Con bastante frecuencia utilizo la estación de autobuses de Córdoba y desde que se inauguró me sorprendió que el servicio de cafetería no era acorde con las nuevas instalaciones, que son tan estupendas. El domingo pasado, a las diez de la mañana, el trato fue como siempre humillante hacia los usuarios de la cafetería. Cuando pedimos la hoja de reclamaciones se negaron aduciendo que no la poseían cuando en la misma estación nos dijeron que sí y que además era ilegal no ofrecerla. Cuando se conceden servicios de este tipo ¿cómo no se tienen en cuenta el trato al cliente?, ¿no hay ninguna institución que se ocupe de hacer un seguimiento del funcionamiento? Hay que tener en cuenta que se trata de la tarjeta de presentación de la ciudad que ve un viajero.
» La persecución de la motos. Los aparcamientos de motos de la calle Arjona y Benidorm están continuamente invadidos por coches sin que la policía local haga nada por evitarlo, lo que contrasta con la feroz persecución hacia las motos que todos los días se las llevaba la grúa cuando estaban encima de la acera.
» Alabando una decisión política. Que Julio Braña aparezca liderando un movimiento de regeneración del Partido Andalucista prueba y certifica la acertada decisión de Teófila Martínez al retirarle la confianza personal y política que provocó su salida de la derecha del PP. Que Braña, unos meses después de ingresar en el PA, de la mano del señor Pacheco, ya forme parte de una conspiración deja patente su categoría de medrador profesional y mullidor de los mares revueltos que ensucian la política.
» Un artículo, la 'madrugá' y un escritor. En EL PAÍS del 23 de abril, en la sección de Andalucía, un artículo califica al público asistente a las procesiones de madrugá de Sevilla como falto de sueño, harto de cerveza, y que en cirscunstancias como ésas es normal que se produzca lo que ocurrió. Quiero decirle a ese periodista que está totalmente desorientado sobre lo que es la Semana Santa de Sevilla, que olvida que en la madrugá hay abuelas y niños con sus familias y no están molestando a nadie. Y creo que el señor Bonilla, que ha escrito el libro que ha dado lugar a la película Nadie conoce a nadie, es de Jerez, que tiene su Semana Santa, su madrugá y unas diferencias de clases mucho más agudas que las que pueda haber en Sevilla, y esto no es más que el recurso de un escritor novel que no sabe cómo abrirse camino y escribe una novela que es un bodrio. Por mucho que haya que defender la libertad de expresión, los lectores tenemos derecho a descalificar a personas que lo mejor que podrían hacer es cambiar de oficio. También la película es otro bodrio y lo triste es que haya en Sevilla una serie de personas descerebradas que gusten de ese tipo de cine, que para colmo de desgracias ha sido premiada por no sé qué efectos especiales y no es más que una copia grotesca de Buñuel. Entre unos y otros la casa está sin barrer y quizá si le hubieran metido mano a la botellona hace 14 ó 15 años la cosa hubiera cambiado.
» La 'madrugá' y el vacío cultural de la juventud. Lo más doloroso de lo que ocurrió la madrugá del Viernes Santo no fueron sólo los heridos y las posibles muertes que hubieran podido ocurrir. Lo peor es el espantoso vacío cultural en el que se mueve esta ciudad. Esas miles de personas que sencillamente acuden a la bulla porque se aburren. Podrían ir a la playa, pero allí se cansarían del mar. Hay personas que si no meten bulla no se divierten. Hay muchos intereses creados con esto de la movida.
» Al alcalde de Barbate. Señor alcalde de Barbate, somos un grupo de amigos que hemos pasado una semana de vacaciones (si así puede llamarse) en su pueblo. No volveremos, ya que el insoportable ruido de las motos no nos ha dejado vivir ni descansar. No podemos entender cómo los barbateños pueden vivir con este ruido.
» Acabar con la movida y en defensa del joven del cuchillo. Si la misma energía que se empleó contra el pobre drogradicto, el del cuchillo de la madrugá de Sevilla, al cual le dieron un repaso por toda su anatomía, se empleara contra las movidas que se han apoderado de los cascos antiguos de la ciudades andaluzas, quizás algunas cosas no hubieran ocurrido. Hablo en nombre del pobre David, que no creo que encuentre abogado que lo defienda de esa agresión ilegítima.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.