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Una nueva empresa sin experiencia en atender a drogodependientes regentará la narcosala

El Centro de Orientación, Consultas y Apoyo Social (COCAS), una empresa creada a mediados de 1999 y sin experiencia en la atención a toxicómanos, regentará la primera narcosala de España, que abrirá en mayo en el poblado marginal vallecano de Las Barranquillas. La Agencia Antidroga de la Comunidad ha preferido el proyecto de COCAS a los otros tres presentados al concurso público para gestionar la sala de venopunción. Las otras ofertas provenían de Trama, Cruz Roja y Alma Ata, todas con rodaje en drogodependencias. El gerente de la Agencia, José Cabrera, minimiza la falta de experiencia de la adjudicataria: "Lo importante es que contrata profesionales muy cualificados".

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"No son las empresas las que deben tener experiencia en un sector, sino los profesionales que contratan, y eso lo garantiza COCAS, como vimos en los currículos de sus profesionales", asegura Cabrera. "El proyecto de esta entidad fue el mejor de los presentados y por eso la mesa de contratación optó por él en el proceso de adjudicación del lunes", añade. El pliego de condiciones del concurso no puntúa la experiencia en el sector. Sí se valora, entre otras cosas, el proyecto presentado y la estabilidad de la plantilla de las empresas que pujan por gestionar este dispositivo.De las cuatro ofertas presentadas, al final sólo tres entraron en liza, las de Cruz Roja, Alma Ata y COCAS, porque la cuarta, de Trama, quedó eliminada por un error tipográfico. Todas estas entidades, salvo la que finalmente resultó adjudicataria, tienen experiencia en atender a toxicómanos. Cruz Roja regenta centros de atención a drogodependientes y, sobre todo, de dispensación de metadona; Alma Ata tiene en su haber la gestión del centro de emergencias para toxicómanos de Fúcar (Centro), y Trama se encarga del centro de urgencias del poblado vallecano de La Rosilla.

Borja García, director de COCAS, admite que su entidad, creada por varios empresarios y psicólogos, es nueva en el sector. Hasta ahora sólo ha organizado algunos de los cursos de formación que la Agencia Antidroga imparte a profesionales que trabajan en drogodependencias y también las jornadas Las unidades de venopunción ante la ley, que reunieron en febrero a juristas, sanitarios y trabajadores sociales para debatir sobre las narcosalas. "Pero contamos con profesionales que han trabajado durante años en centros de atención a toxicómanos", apostilla García.

Creada hace unos meses

Este empresario explica que la entidad, una sociedad limitada, se creó hace unos meses para trabajar en el campo de la atención social, donde cada vez hay más servicios gestionados por compañías privadas. "Cuando conocimos el proyecto de las unidades de venopunción nos pareció interesante y decidimos presentar nuestro proyecto", concluye García.

Antes del 12 de mayo esta entidad deberá tener ya en sus puestos a los cinco médicos, seis enfermeros, cuatro trabajadores sociales, cuatro técnicos auxiliares, tres educadores, vigilantes y limpiadores que atenderán la narcosala cada día de 9.00 a 21.00.

COCAS percibirá 111 millones de pesetas por sus servicios desde mayo hasta el 31 de diciembre.

La narcosala estará formada por un prefabricado de 200 metros cuadrados integrado por ocho módulos desmontables cuya construcción ha costado 125 millones. La sala se divide en un espacio central, con una cabina acristalada desde donde se controlará que no haya más de 10 usuarios inyectándose a la vez (150 al día); 10 cabinas para consumo, cada una de 4,5 metros cuadrados; tres baños, tres despachos profesionales; un almacén y una enfermería.

El barracón se instalará en una antigua vaquería de Las Barranquillas que la Comunidad ha comprado a un particular por 20 millones de pesetas.

El objetivo de la narcosala es facilitar apoyo social y sanitario y un lugar higiénico para consumir droga a los toxicómanos más desarraigados que se pinchan en descampados y alcantarillas y que viven al margen de las redes asistenciales.

Los usuarios recibirán agua destilada, una jeringuilla y una toallita desinfectante. Junto a esta unidad se instalará el centro de emergencia para toxicómanos que ahora funciona en La Rosilla. En él los drogodependientes pueden ducharse, comer, descansar y recibir pequeñas curas y asistencia social.

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