Enviado un paquete bomba a Jesús María Zuloaga, especialista en ETA de 'La Razón'
Los artificieros de la policía explosionaron ayer un paquete bomba enviado al periodista Jesús María Zuloaga, subdirector del diario La Razón y especialista en informaciones sobre ETA. El artefacto, remitido por correo ordinario, fue detectado por el escáner por el que pasan todos los envíos al periódico. Estaba compuesto por entre 100 y 150 gramos de varios tipos de pólvora, según fuentes del Ministerio del Interior, introducidos en una lata de crema de manos oculta entre las páginas de un ejemplar de bolsillo de la novela Crimen y castigo, de Fiodor Dostoievski.
El paquete, un sobre marrón acolchado del tamaño de una cinta de vídeo, llegó a la sede de La Razón, en el número 42 de la calle de Josefa Valcárcel, en Madrid, poco después de las 12.00. Estaba dirigido a Jesús María Zuloaga, quien se hallaba de vacaciones y que, al enterarse, declaró a Servimedia: "A mí, para callarme, me tienen que matar". El periodista, que dijo considerarse vasco y español, afirmó que seguirá desempeñando su trabajo como hasta ahora, "desde la verdad, la independencia y los principios constitucionales". El envío había sido franqueado el lunes en la estafeta de Correos de la estación de Chamartín y, según la policía, llevaba como remite el de la calle de Príncipe de Bergara y, según el presidente de La Razón, Luis María Anson, el de la colonia de El Biso (con b, en ambos casos, como en euskera).Los vigilantes del rotativo escanearon el paquete y vieron su contenido en el monitor: en un hueco recortado entre las páginas del libro, una forma circular conectada con dos cables a una pila de nueve voltios. Dentro de la lata de crema de manos, de tres centímetros de espesor y 12 de diámetro, estaba el detonador. Al explosivo le acompañaba una carta en la que, supuestamente, el periodista de El Mundo David Jiménez, actualmente corresponsal en Hong Kong, le ofrece para sus trabajos sobre las cárceles españolas la información contenida en un libro que él mismo ha publicado sobre el tema.
Una vez informado del suceso, Anson dio instrucciones para que se avisara a los artificieros de la policía. Los expertos trasladaron el artefacto a una zona despejada de la parte trasera del diario, donde lo cebaron y explosionaron hacia las 13.30, informó el director general de la Policía, Juan Cotino.
"ETA o su entorno"
La bomba estaba compuesta por entre 100 y 150 gramos de varios tipos de pólvora y preparada para que estallara al abrirse el libro, según fuentes de Interior. El ministro en funciones, Jaime Mayor, atribuyó el intento de asesinato a ETA o su entorno: "Celebran así su particular Aberri Eguna [el Día de la Patria vasca, que fue el pasado domingo]".
Según Anson, Mayor le había dicho previamente por teléfono que el artefacto no era obra de los agitadores de la kale borroka (terrorismo callejero), sino "de profesionales", ya que "estaba muy bien montado". Luego, en sus declaraciones públicas, Mayor matizó que, por ahora, "lo que cabe es determinar el explosivo y el grupo que pretendía atentar", aunque remachó que "todo apunta a ETA o su entorno".
Los artificieros se llevaron los restos de la bomba a la central de la policía, en Canillas, para determinar su composición exacta y si portaba una célula fotoeléctrica para explotar al contacto con la luz como la caja de puros bomba enviada por la banda terrorista al también periodista Carlos Herrera, de Radio Nacional, el 27 de marzo y que fue desactivada en las oficinas de la emisora en Sevilla.
Anson explicó que el edificio fue desalojado por la policía, aunque él permaneció en su despacho, así como que Zuloaga ha recibido numerosas amenazas de ETA, por lo que se ha vuelto "un hombre muy prudente, muy cauto, que se mueve siempre por diferentes lugares y que jamás coge su coche sin revisarlo primero".
Asimismo, Anson enmarcó el intento de atentado en "una operación global de intimidación a los periodistas, de atentar contra la libertad de expresión", y mostró su tristeza por el hecho de que "algunos dirigentes políticos" parezca que estén señalando "sobre quiénes tienen que recaer los atentados de ETA". Y vaticinó que se dirigirán después a "otros medios".El nombre de Zuloaga, como el de Carlos Herrera y los de otros periodistas, fue citado en un reciente artículo publicado en la revista Ardi Belza por Pepe Rei, ex redactor jefe de Egin, como miembro del supuesto frente mediático que lucha contra la construcción nacional vasca.
Zuloaga, bilbaíno de 50 años, es experto en asuntos de terrorismo, llegó a La Razón desde Abc y sólo hace un par de días publicó el supuesto organigrama actual de la cúpula de ETA.
Condena generalizada del intento de atentado contra el periodista vasco
El intento de atentado contra Jesús María Zuloaga, subdirector de La Razón, provocó una oleada de condenas, entre ellas la del presidente del Gobierno en funciones, José María Aznar, desde el Congreso: "Tenemos que salir en defensa" de los profesionales de la información, que, "digan lo que digan, tienen y necesitan el respeto de todos porque son todos necesarios para la democracia en nuestro país y para el futuro" de España.Aznar aprovechó su contrarréplica al portavoz del PSOE, Luis Martínez Noval, durante el debate de investidura para condenar "el intento de cercenar la libertad de expresión" con "bombas a profesionales de la información".
Aznar también aprovechó su réplica al del PNV, Iñaki Anasagasti, para reprochar a los nacionalistas vascos que hallan calificado a la prensa de "Brunete mediática", supuesto frente que, dijo, "ha estado a punto de tener una nueva víctima".
Poco antes, el propio Anasagasti había condenado el atentado en los pasillos del Congreso, del mismo modo que lo hizo el Ejecutivo vasco. Un portavoz de éste, tras mostrar su condena y rechazo "a todos los ataques que se lleven a cabo contra medios de comunicación", subrayó: "Nadie podrá acusar nunca al Gobierno vasco de no haber mantenido una postura firme de rechazo a cualquier tipo de violencia".
A su vez, el presidente de la Asociación de la Prensa de Madrid, Alejandro Fernández Pombo, condenó el intento de atentado y destacó: "No nos dejaremos vencer con estas amenazas". Fernández Pombo agregó que esta acción y la dirigida contra Carlos Herrera "se veían venir" después de que en determinados periódicos se señalasen los nombres de algunos periodistas.
También la Agrupación de Periodistas de la UGT mostró su condena al atentado contra Zuloaga a través de un comunicado en el que anunció un acto en favor de la libertad de expresión "ante el punto límite que está alcanzando la situación" y que resume con esta frase: "Si no escribimos al dictado de los terroristas, todos estamos en su punto de mira".
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