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El euro se desmorona y da argumentos para otra subida de tipos

No hay respiro para el euro en los últimos días. Ayer la moneda europea alcanzó un nuevo mínimo histórico con el dólar, el tercero desde la pasada semana. El Banco Central Europeo (BCE) fijó ayer un cambio oficial de 0,9302 con el dólar, pero más tarde se cambiaba a 0,9190 en los mercados. Respecto de la peseta, el dólar cotizaba a 180,93 unidades.En relación con el cambio oficial, la divisa europea ha perdido un 7,27% desde principios de año y un 20,27% desde su lanzamiento, en enero de 1999. El descalabro hace prever que el BCE suba mañana el precio oficial del dinero, en la reunión de su Consejo de Gobierno, sin esperar a la siguiente cita, el próximo 11 de mayo.

Sea de forma inmediata o un poco más adelante, está claro que el BCE se ve abocado a elevar al menos un cuarto de punto los tipos de interés, desde el 3,50% actual. Tiene tiempo de hacerlo antes de que la Reserva Federal, el banco central de EE UU, que se reúne el próximo 16 de mayo. Los mercados esperan allí un aumento de medio punto, sobre todo tras el último dato de inflación en ese país, un abultado 0,7% en marzo.

La diferencia es que la economía estadounidense no muestra síntomas de agotamiento -en el cuarto trimestre del pasado año creció un espectacular 7,3%- mientras que en la zona euro el ritmo se ha recortado medio punto respecto del tercer trimestre, hasta el 3,5%. En el caso de Alemania, se ha pasado del 3,5% al 2,7%.

Riesgos de inflación

Aunque las perspectivas son buenas, una subida de tipos de interés en la zona euro suficiente como para detener el derrumbe de la moneda haría tambalearse a unas economías que apenas acaban de reponerse de la crisis asiática. Pero el BCE ya ha advertido en su último informe mensual, el correspondiente a abril, de que no va a dejar que la inflación se desborde.

Sobre todo tras el resultado de marzo, conocido la pasada semana, que arroja un 2,1% de inflación como media de la zona euro. Es decir, se ha superado por primera vez el límite del 2% que el BCE fijó como compatible con su política monetaria. Con el euro tan bajo, las importaciones en dólares se encarecen y esto supone un claro riesgo para la inflación.

Además, como explica el BCE en su informe, todavía no se han trasladado a los precios al consumo los efectos del aumento de la producción de petróleo decidido por la OPEP hace un mes. De hecho, los precios de las gasolinas no están bajando tan rápido como subieron cuando el precio del petróleo empezó su escalada, hace ahora un año.

Con los tipos de interés en el 3,5%, medio punto por encima del nivel con que arrancó la moneda única hace más de un año, el sistema ha funcionado con una holgura de liquidez -muchos créditos y baratos- que aún persiste. Es decir, existe todavía un margen para que la subida de tipos de interés no estrangule el crecimiento económico.

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