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Reportaje:

Andalucía, entre las autonomías menos 'generosas' con los profesores que quieren abandonar las aulas El incentivo para jubilar a un maestro con 60 años es seis veces menor que en el País Vasco

Javier Arroyo

La implantación de la LOGSE, el nuevo sistema educativo aprobado hace una década, supuso, y supone aún, un gran esfuerzo para muchos profesores, sobre todo para aquellos con varias décadas de trabajo a las espalda. Para evitar que estos profesionales tuvieran que dedicar sus últimos años laborales a adaptarse a algo tan diferente, se estableció una jubilación anticipada especial que incluía una gratificación al abandonar las aulas antes de los 65 años. Algunas comunidades han mejorado esa bonificación entre dos y casi ocho veces. En Andalucía, la Junta es menos generosa e incentiva con el mínimo establecido.

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El sistema educativo necesitaba renovarse y ésta parecía una solución adecuada, tanto que la propia LOGSE incorporó esa figura a su texto : se ayuda a que quienes ya están cansados de las aulas se retiren y, a la vez, se deja espacio para el ingreso de nuevas generaciones. Las cantidades de esta gratificación, establecidas en su día por el Gobierno central, se perciben de una sola vez y no son incompatibles con la pensión que corresponda. Seis comunidades -Castilla-La Mancha, Castilla-León, Galicia, La Rioja, Navarra y País Vasco-, conscientes de la doble virtud de esta jubilación extraordinaria, han ido más allá y han incrementado su cuantía para dignificar y facilitar aún más la retirada voluntaria (ver cuadro adjunto). La Consejería de Educación de Andalucía no ha querido, hasta ahora, ni oír hablar del asunto. Quien se acoge a la jubilación LOGSE en Andalucía recibe estrictamente las cifras dictadas en su día por el Ministerio de Educación (MEC). Sin embargo, quien se haga cargo de ese departamento en los próximos días tendrá que tratar este asunto más temprano que tarde; los sindicatos ven este prejubilación como algo fundamental para el sistema y piensan dar la batalla para conseguir que se ofrezcan las máximas cantidades posibles. Un profesor de cualquier instituto de Secundaria de Andalucía que decida retirarse a los 60 años de edad después de haber trabajado 35 en la enseñanza pública cobrará una gratificación de 992.600 pesetas; en las mismas condiciones, un colega vasco recibirá 5.300.000 pesetas más y uno gallego 1.770.000 más. La brecha mayor se da en el caso de los catedráticos no universitarios: uno vasco recibiría siete millones de pesetas más que uno andaluz al retirarse al cumplir 60.

Para conseguir esta jubilación LOGSE, siempre voluntaria y optativa frente al retiro anticipado ordinario disponible para cualquier funcionario del Estado, los docentes deben cumplir varios requisitos mínimos: 60 años de edad, más de 28 de servicios al Estado y trabajar ininterrumpidamente para la administración al menos desde 1990. Existen cuatro grupos docentes al efecto: maestros; profesores de secundaria y asimilables; catedráticos e inspectores, y profesores de Formación Profesional y maestros de taller; la edad (entre los 60 y los 64) y los años de trabajo (entre 28 y 35) son los otros parámetros que definen la cuantía del incentivo, que estará vigente hasta que la LOGSE se implante definitivamente en el año 2002.

Objetivo próximo

La negativa de la Consejería de Educación a modificar esos mínimos puede ocasionar más de un quebradero de cabeza si mantiene su actitud en el futuro. Según Antonio Fortes, encargado de enseñanza en el sindicato UGT, éste será uno de los primeros puntos a negociar con quien sea designado para llevar las riendas del departamento. Fortes reconoce que el movimiento ha comenzado por las Comunidades más ricas y de poca población pero se trata de que, ineludiblemente, todas se apunten al extra autonómico. UGT aspira a conseguir en Andalucía, de entrada, el nivel de Galicia; es decir, que la gratificación sea casi tres veces la cifra MEC. Después, el siguiente objetivo sería llegar a las cantidades del País Vasco.

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Los sindicatos no alcanzan a comprender la negativa del Consejero de Educación, Manuel Pezzi, a modificar la cantidad MEC. Sus cálculos estiman que al Gobierno andaluz le saldría más rentable jubilar a estos profesores con una cifra extra de entre tres y cuatro millones, y contratar a cambio a profesores con poca experiencia a los que no tendría que pagar trienios y sexenios. De hecho, las cantidades que paga el País Vasco son el resultado, según un responsable de CCOO en esa comunidad, de calcular lo que ganarían los docentes que deciden retirarse ente los 60 y los 64 durante el periodo que van a perderse de actividad profesional y entregárselo si deciden irse a casa.

Pero, en Andalucía, los sindicatos quieren incluso más. Pretenden que las condiciones para acogerse a este retiro perduren más allá del 2002; además, intentarán que se pueda conseguir con 55 años: "Que la Junta haga el máximo esfuerzo para que el sistema se rejuvenezca, se renueven las plantillas y para que los interinos tengan un hueco", dice Antonio Fortes. Comisiones Obreras presentó estas mismas reivindicaciones en septiembre pero, según ellos, la Consejería -que no ha querido dar datos ni ha ofrecido interlocutor sobre el asunto a este periódico- "demostró la tremenda miopía de sus dirigentes al no querer entrar en la negociación".

El curso pasado, según datos de UGT, 454 profesores se acogieron en Andalucía a esta prejubilación incentivada. En los últimos cuatro años, por ejemplo, 3.696 docentes dependientes del Ministerio de Educación decidieron irse a casa con este complemento sin celebrar los 65 años en un aula. Las cifras demuestran que en el colectivo docente no tienen dudas; si se lo ponen fácil, muchos se retirarían al cumplir los 60. Y es que, como dice una maestra que se lo está pensando, "35 años con niños son demasiados años".

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