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ONCOLOGÍA Programas de cribado del cáncer de mama Los especialistas confían en la mamografía

La publicación, hace unas semanas, en la prestigiosa revista médica The Lancet de un estudio que cuestionaba la eficacia de la mamografía en la detección precoz del cáncer de mama tuvo una gran repercusión en la comunidad científica. La mamografía es el principal instrumento de todos los programas de detección precoz de esta enfermedad, que es la primera causa de muerte entre las mujeres. En España, todas las comunidades cuentan al menos con un programa de cribado. Pese al estudio mencionado, los especialistas defienden la vigencia de la mamografía.

El cáncer de mama es el tercer tumor maligno más frecuente en el mundo, depués del cáncer de pulmón y de estómago. Hasta el momento se desconocen las causas que lo desencadenan y no puede prevenirse. Aparece normalmente entre los 50 y los 75 años y la acción terapéutica más eficaz es detectarlo en fases tempranas y actuar rápido para eliminar el tumor y evitar que se extienda. Según datos del Ministerio de Sanidad, en España aparecen entre 40 y 70 nuevos casos de cáncer de mama por cada 100.000 mujeres de entre 50 y 64 años y cada año mueren unas 6.000 mujeres a causa de esta enfermedad. Se estima que una de cada 20 mujeres desarrolla un cáncer de mama antes de los 75 años.Tras la publicación del estudio en The Lancet, oncólogos y radiólogos se han apresurado a reafirmar la eficacia de la mamografía como arma indispensable en la lucha contra el cáncer de mama. El doctor Josep Maria Borràs, director del Instituto Catalán de Oncología (ICO), asegura que nadie ha apoyado públicamente las conclusiones del artículo y opina que la mamografía "debe seguir recomendándose a las mujeres que tienen entre 50 y 64 años, ya que hasta el momento la evidencia científica ha mostrado de forma consistente sus beneficios", aunque reconoce que debe mejorar, sobre todo en la reducción de los falsos positivos que provocan nuevas exploraciones, algunas de ellas de cierta agresividad.

"La mamografía es una exploración de la mama mediante rayos X que permite detectar lesiones mínimas sospechosas", explica Francesc Ferrer, jefe de radiología del Hospital de la Esperanza. La operación, que dura poco más de media hora, consiste en radiografiar dos veces de forma rápida, sencilla e inofensiva la mama.

Detección precoz

El éxito de la mamografía reside en que puede detectar el cáncer en una fase subclínica, que puede durar hasta tres años, en la que el tumor no presenta síntomas. Según diversos estudios, la mamografía presenta una probabilidad de entre el 85% y el 95% de detectar un cáncer latente. Ferrer insiste en la importancia de la mamografía, ya que permite detectar casos poco avanzados, que son los que mejor pronóstico tienen.

Las evidencias disponibles sobre la eficacia de esta técnica se basan en los resultados de los ensayos aleatorios realizados en Canadá, Estados Unidos y Europa, que demuestran una reducción de la mortalidad que se aproxima al 30% y que aumenta de forma progresiva a en los primeros 10 años de aplicación.

Una de las cuestiones más controvertidas es la edad a la que se debe comenzar a hacer mamografías. Mientras radiólogos y ginecólogos recomiendan iniciarlas a partir de los 40 años, epidemiólogos y expertos en salud pública defienden que se haga a partir de los 50. La eficacia de la mamografía como método de cribado no es tan alta en mujeres más jóvenes, debido a la menor incidencia del cáncer entre ellas y a que la mayor densidad de la mama limita la validez de la prueba.

Una vez hecha la mamografía, explica Ferrer, si se encuentran anomalías, como algún nódulo, calcificaciones extrañas o desestructuración de la glándula mamaria, deben realizarse pruebas complementarias para verificar si se trata de una lesión benigna o maligna. Según cada caso, se realiza entonces otra radiografía, una ecografía o bien una punción con aguja fina (citología) o gorda (biopsia), dependiendo de la cantidad de células que sea necesario analizar.

Una vez descartados los falsos positivos, se reúne una mesa de profesionales en la que además del radiólogo y el patólogo hay un ginecólogo, un cirujano, un oncólogo y un radioterapeuta. La histología del tumor determinará si es necesaria una intervención quirúrjica (mastectomía) para extirpar el tumor, y si se aplican sesiones de quimioterapia, radioterapia, hormonoterapia, o la combinación de varias terapias.

Los síntomas

Cuando el tumor presenta sintomatología está ya en un estadio avanzado. La manifestación más importante es la presencia de un bulto, si bien pueden darse también otros síntomas como retracción o aplanamiento del pezón, ganglios axilares, secreción del pezón y, con menor frecuencia, agrandamiento de la mama y erosión, costra o picor en el pezón. En estos casos las probabilidades de supervivencia se reducen.

Todas las comunidades cuentan con un programa de detección precoz del cáncer de mama y el Insalud puso en funcionamiento el año pasado un programa global que en algunas zonas incluyó los que ya se venían realizando por iniciativa de las propias instituciones sanitarias.

Todos los programas parten de la mamografía, que debe realizarse cada dos años, como instrumento indiscutible, y en algunos casos se acompaña de exploración física o autoexploración de la mama. La mayoría de programas fijan la población diana en las mujeres entre 50 y 64 años, aunque algunas comunidades como Andalucía, Castilla-La Mancha, Rioja o Navarra también incluyen a las mujeres de 45 a 65 años.

Todos estos programas tienen por objetivo aumentar las probabilidades de supervivencia mediante la detección del tumor en un estadio inicial. Para ser efectivos, estos programas requieren una participación del 70% de la población diana.

Un tumor de origen misterioso

Numerosos estudios epidemiológicos han intentado descifrar los factores de riesgo que influyen en la aparición del cáncer de mama y han permitido comprobar que esta enfermedad aparece mayoritariamente alrededor de los 50 años, con la llegada de la menopausia. Los antecedentes familiares de cáncer de mama están considerados como un importante factor de riesgo a la hora de desarrollar la enfermedad, ya que se han identificado factores genéticos que predisponen a sufrirla en un pequeño porcentaje de casos.

También se ha estudiado la incidencia de factores ambientales en el desencadenamiento del proceso tumoral. Algunos estudios sobre las características reproductivas de la mujer han asociado el cáncer de mama con la aparición precoz de la menarquia (primera regla por debajo de los 12 años), la instauración tardía de la menopausia (por encima de los 50 años) o la edad avanzada en el primer embarazo (a partir de los 30 años).

Diferentes investigaciones lo han relacionado también con una dieta muy rica en grasas. Otras han demostrado que la actividad física en la adolescencia y en las primeras etapas de la vida reduce el riesgo de este tipo de tumor en mujeres pre y perimenopáusicas. También se ha observado que la enfermedad es más frecuente en las áreas urbanas que en las rurales, y que las mujeres americanas de raza negra presentan una menor incidencia, excepto en el grupo de edad de 40 años, en el que las tasas máximas de cáncer de mama se producen en mujeres afroamericanas.

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