Pacto social en Marruecos para evitar la huelga general
El Gobierno marroquí, la patronal y los sindicatos han firmado este fin de semana en Rabat un acuerdo marco, calificado por el Ejecutivo como verdadero "contrato social", por el que el Gabinete presidido por el socialista Abderraman Yussufi se compromete a un aumento del 10% del salario mínimo garantizado, una mejora de las prestaciones sociales, una revisión de las cargas fiscales y la titularización definitiva de 16.000 funcionarios actualmente en régimen temporal de trabajo.El acuerdo, alcanzado tras tres días de negociaciones maratonianas, ha sido calificado de "acontecimiento histórico" por el primer ministro Yussufi, y ha permitido desconvocar la huelga general prevista para hoy, a la que habían llamado las dos centrales firmantes del mismo, la Confederación Democrática de Trabajadores (CDT), socialista, y la Unión General de Trabajadores Marroquíes (UGTM), nacionalista.
La organización patronal Confederación General de Empresas de Marruecos (CGEM), que se ha sumado al acuerdo, ha recibido del Gobierno garantías de una reducción sustancial de la fiscalidad, que penaliza fuertemente a las empresas exportadoras, así como una reducción del coste de la energía, de la que la industria marroquí es una gran consumidora. El salario mínimo se elevará a partir del próximo 1 de julio a 1.815 dirhams (unas 30.000 pesetas).
El acuerdo ha sido acogido con escepticismo por parte de la prensa económica especializada. El diario L'Economiste se interroga sobre el coste financiero del acuerdo, que, según el periódico, "se traducirá en un aumento del paro, un frenazo al reclutamiento en el sector formal y una huida hacia la economía sumergida". El Gobierno, por el contrario, ha saludado el pacto como un paso hacia "la paz social".
La otra central sindical existente en el país, la Unión Marroquí del Trabajo (UMT), no ha participado en las negociaciones y, aunque el ministro de Trabajo, Jalid Aliua, ha declarado su disposición a entablar negociaciones bilaterales con la misma para "asociarla al acuerdo alcanzado", su no adhesión al mismo pondría en entredicho la euforia social proclamada por el Gobierno.
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