Crece la disputa política tras los sucesos de la 'madrugá' de Sevilla
Los incidentes de la madrugá de la Semana Santa de Sevilla han pasado de la página de sucesos (tres heridos) a la de la disputa política pura y dura. La población ve estupefacta cómo su Ayuntamiento y la Subdelegación del Gobierno intercambian puyazos sin dar una respuesta creíble. El alcalde, Alfredo Sánchez Monteseirín (PSOE), reabrió ayer la caja de los truenos al relacionar los incidentes con los de la inauguración de los Mundiales de Atletismo.
Decenas de miles de personas corrieron con pavor, pero ninguna sabe todavía por qué. Y en esta lista se incluye también a la Policía Local y al Cuerpo Nacional de Policía. En medio, los ciudadanos de Sevilla observan las dentelladas cruzadas entre la Administración central y la municipal sobre el origen de los incidentes que reventaron temporalmente las procesiones de la Semana Santa y que se saldaron con decenas de ataques de nervios y tres hospitalizados por una rotura de tobillo y un par de infartos de miocardio.El alcalde de Sevilla, Alfredo Sánchez Monteseirín, pidió ayer al Gobierno "más prudencia y humildad". El primer edil se remontó para ello a la inauguración de los pasados Campeonatos Mundiales de Atletismo, cuando un par de mascotas falsas del evento se colaron en la ceremonia para exigir la liberación de los presos vascos.
Sobre los sucesos del viernes, la Delegación del Gobierno insiste en que el culpable es un solo hombre, que, armado con un cuchillo, sembró el terror en un momento dado y el efecto dominó provocó el resto por las angostas calles repletas de gente que se comportarían casi como un líquido que desborda su recipiente en todas las direcciones.
Por su parte, el Ayuntamiento asegura que se trata de una trama organizada que, desde cerca de una decena de puntos, reventó la celebración a base de gritos de alarma o petardos. Curiosamente, el hombre del cuchillo que ampara la tesis de la Delegación del Gobierno fue detenido por la Policía Local alrededor de las 5.50, media hora después de los primeros incidentes. Desde el consistorio se insiste ahora en que no era más que un delincuente común.
El Ayuntamiento basa su tesis del compló en un par de declaraciones y las informaciones de la Policía Local. Desde el Cuerpo Nacional de Policía se replica que no es que hubiera ocho puntos de inicio de las estampidas, sino que otros tantos agentes locales informaron simultáneamente desde esos puntos de la misma marea humana.
Sobre las declaraciones, una es de un invidente que en la Biblioteca de la Universidad escuchó a algunos estudiantes de Matemáticas planear un juego de rol en Semana Santa. No hay más pruebas.
Una cosa que desacredita bastante al consistorio es que el propio concejal de Seguridad Ciudadana, José Gallardo, avalara a las seis de la mañana la posibilidad de que los incidentes comenzaran después de la explosión de una tubería de agua. Las pertinentes revisiones certificaron que no había pasado nada.
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