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El Gobierno francés fiscaliza a las grandes petroleras

El Gobierno francés ha desplegado a un pequeño ejército de funcionarios a lo largo de la geografía francesa para comprobar que la bajada del precio del petróleo repercute efectivamente en la gasolina puesta al consumo. Dos centenares de agentes de la Dirección General de la Competencia y el Consumo verifican estos días los precios del combustible en las redes de gasolineras de las grandes compañías petroleras y de los distribuidores independientes. La iniciativa tiene una evidente carga conminatoria, puesto que el Ministerio de Economía ha anunciado que hará públicos los datos de ésta y de otras inspecciones que se llevarán a cabo en semanas venideras. Laurent Fabius, el nuevo titular de Economía francés, quiere poner término al interesado retraso con que las petroleras acostumbran a repercutir la reducción del precio internacional del crudo. "No se puede aceptar que los precios al consumo suban cuando el petróleo sube y que, sin embargo, no bajen o lo hagan con retraso cuando el petróleo baja", ha dicho el ministro, sintonizando directamente con la opinión pública.

Durante las últimas tres semanas, gracias a la decisión de los países exportadores de petróleo agrupados en la OPEP de aumentar su producción, el precio del crudo en bruto ha bajado cerca de siete dólares por barril, esto es, un 20%, mientras que la rebaja aplicada en el combustible vendido en las gasolineras apenas llega al 2%.

Así las cosas, el presidente de la Unión Francesa de Industrias Petroleras (UFIP), Philippe Trépant, se ha apresurado a indicar que la reducción del precio de la gasolina, 16 céntimos de franco de media desde primeros de abril, va a proseguir en las semanas próximas. En su opinión, el precio del combustible se irá reduciendo "mecánicamente" hasta llegar a una rebaja de 30 céntimos por litro.

Situado a la defensiva, el representante de las petroleras francesas ha subrayado que para que la disminución del precio internacional del crudo repercuta en el combustible puesto al consumo hay que contar siempre con un plazo de dos o tres semanas.

Ese plazo se ha cumplido ya sin que la correspondiente reducción del precio se haya aplicado en toda su extensión, pero las petroleras esgrimen una batería de argumentos de cautela que van desde la evolución de la cotización del dólar, a las tensiones sobre los stocks norteamericanos y europeos, pasando por los precios de los productos derivados del petróleo.

Según Philippe Trépant, "el problema es que la percepción de los precios que tienen los consumidores franceses está distorsionada por la elevada presión fiscal que se aplica a los carburantes". El presidente de la UFIP sostiene que el precio de la gasolina en Francia sería el más bajo de Europa si se descontaran las tasas fiscales, que suponen cinco de los siete francos que viene a costar el litro de gasolina, más del 70% del precio total.

Precisamente una de las tareas encargadas a los funcionarios que inspeccionan los precios estos días es el de comprobar si las compañías petroleras han repercutido la reducción del IVA, que desde el 1 de abril ha bajado en Francia del 20,6% al 19,6%, un punto.

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