"Disfrutábamos hasta en los entrenamientos"

Todos tienen algo en común, todos están en la onda de la Quinta del Mini y todos abandonaron el Barça poco después de que lo hiciera su padre espiritual, Johan Cruyff. Pero lo que más les une es una misma manera de entender el fútbol. Jordi Cruyff, el jugador del que más renegó la directiva del Barça y que recaló en el Manchester United, donde cumple su cuarta temporada, considera que aquella quinta se distingue por el gran dominio del balón que tienen todos cuantos pertenecieron a ella y porque además de ser compañeros, fueron amigos. "Eso se trasluce en el campo", cuenta. "Esos puntos en común, ese estilo propio de entender el fútbol se traduce en el terreno de juego y es fácil comprobarlo. Aún cuando volvemos a coincidir, por ejemplo jugando con la selección catalana, aunque sea una vez al año, se deja notar".Toni Velamazán, en el Espanyol después de haber pasado por el Oviedo, el Albacete y el Extremadura, considera que todos los que vistieron de azulgrana en aquella época están marcados por las enseñanzas de Cruyff: "Mamamos su fútbol de pequeños viendo el Dream Team", cuenta el jugador de 23 años. "Practicábamos un fútbol ameno y sencillo, pero virtuoso. La quinta disfrutó hasta en los entrenamientos. Cruyff fue un maestro para nosotros. Nos dio confianza para creernos que podíamos ser buenos futbolistas".

Óscar García relata lo que sucedió con la excelente cosecha de canteranos surgidos bajo la batuta de Cruyff. "La persona que creó aquel equipo ya no continuó y el club decidió acabar con todos los que habíamos subido con Cruyff", dice Òscar. ¿Quiere usted decir que estaban marcados? "Sí", responde el futbolista catalán, a punto de cumplir los 27 años. "No queda nadie de aquella época en el Barça", remacha. Òscar justifica su escasa participación este año en el Valencia por el año en que apenas jugó, la temporada pasada, en el conjunto de Van Gaal, lo que mermó su condición física. Òscar reconoce que aquel grupo de jugadores era más técnico que físico y que se adaptaba como anillo al dedo a la máxima de Cruyff: que no corriera el jugador sino la pelota.

Albert Celades atravesó un largo período de aclimatación en Vigo hasta encontrar el entendimiento con la afición, algo que sólo ha ocurrido en las últimas semanas. Lo de la Quinta del Mini fue para él una experiencia única. "Gracias al Barça jugué un mundial y la última temporada disputé veinte partidos, que no es un mal saldo, pero había llegado el momento de abandonar", recuerda.

Roger, que el pasado verano fichó por el Espanyol, explica sus perspectivas: "Cada uno de los componentes de la quinta se ha tenido que buscar la vida. Somos jóvenes todavía y estoy convencido de que llegaremos a ser buenos futbolistas en nuestros respectivos equipos actuales", señala Roger, que confiesa que él ha necesitado un tiempo de adaptación a su nuevo equipo, el Espanyol. "Hay que adaptarse a un nuevo vestuario y a una manera distinta de hacer las cosas. Yo intento hacer mi fútbol, el que me enseñaron en el Barça, pero siempre adaptándome a las exigencias del técnico y del equipo".

Jordi, de 26 años, opina que aquel grupo fue muy importante y que el Barcelona no acabó de aprovechar todo el talento que reunió. "Después cada jugador ha emprendido su camino. Unas experiencias han sido más positivas y otras más negativas todos hemos ido a grandes equipos". La ley Bosman y la política de fichajes de la mayoría de grandes clubes europeos hace improbable, según Jordi, que vuelva a darse una quinta como aquélla: "Aunque nunca se sabe. El Manchester ha confiado en un grupo de jugadores jóvenes y de la casa, les han dado tiempo y mira los resultados".

por Cayetano Ros, Pablo Campos y Rafael Carbonell.

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