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Los partidos nacionalistas celebran el Aberri Eguna divididos por ETA

PNV y EA persiguen otra tregua de los terroristas y recomponer la unidad de acción con Herri Batasuna

La foto fija que se obtendrá hoy al mediodía ante los principales ayuntamientos de Euskadi, Navarra y del País Vasco francés apenas diferirá de la tomada el pasado año, en lo que fue la primera celebración conjunta por los nacionalistas de un Aberri Eguna (Día de la patria vasca) en las dos últimas décadas. Sin embargo, la unidad será aparente. La vuelta de ETA a los atentados y la incapacidad de Euskal Herritarrok (EH), siglas electorales de Herri Batasuna (HB), para desmarcarse con claridad de la violencia ha dejado maltrecha la unidad de acción forjada entre el PNV, EA y HB tras el Pacto de Lizarra, en septiembre de 1998.Hoy se izará de nuevo la ikurriña y se leerá el manifiesto consensuado de nuevo por las tres formaciones nacionalistas en el seno de Udalbiltza, la asociación de electos municipales vascos surgida en febrero de 1999 como efecto de la unidad de acción forjada. Un documento que renueva el discurso en favor de la "construcción nacional" y aboga por un "debate en ausencia de violencia e imposición". En definitiva, se sigue apostando por agrandar la "conciencia nacional vasca". EH ha dado prioridad a los actos de Udalbiltza, pero celebrará un mitin en Pamplona por la tarde, probablemente con menos entusiasmo que el mostrado por su líder, Arnaldo Otegi, en la pasada edición. Entonces clamó eufórico: "El año que viene celebraremos la independencia nacional en Iruña todos los patriotas juntos". Pero es ETA la que ha volado por los aires con sus asesinatos -el teniente coronel Pedro Antonio Blanco (21 de enero), y el dirigente y parlamentario socialista Fernando Buesa y su escolta, Jorge Díez, (22 de febrero)- el trabajo unitario entre partidos, sindicatos, ELA-LAB, y grupos sociales firmantes del Pacto de Lizarra.

La brecha abierta entre el PNV y EA, por un lado, y HB, por otro, tras la vuelta atrás de ETA, es algo que los dirigentes nacionalistas no han podido sacudirse. Y, además, ha hecho tambalear la estabilidad del Gobierno de Juan José Ibarretxe. Mientras, el PP reclama elecciones anticipadas.

Si el año pasado la celebración del Aberri Eguna marcó la mayor división conocida entre nacionalistas y constitucionalistas, a esa falla, agrandada por los efectos de la violencia callejera contra cargos electos del PSE y PP y dos consultas electorales disputadas sin cuartel, hay que unir ahora la abierta en el seno del nacionalismo con el regreso de ETA. Con este telón de fondo, en el que los profundos desacuerdos entre nacionalistas se han reproducido a nivel institucional (Cámara vasca) y en otros órganos como Udalbiltza y Batera (plataforma en favor de los presos), PNV y EA buscan mantener el Acuerdo de Lizarra y recomponer la posibilidad de colaboración con EH, lo que pasa por arrancar de la radicalizada dirección etarra otra tregua. Pero a la imposibilidad material de contactar con los terroristas, se une la dificultad para convencer a la formación de Arnaldo Otegi de que con asesinatos y violencia callejera de por medio no es posible avanzar en la "construcción nacional".

PNV y EA han recogido esta idea-condición en los manifiestos políticos preparados para hoy. El partido de Xabier Arzalluz, que celebrará esta tarde un mitin en la Feria de Muestras de Bilbao, advierte a ETA en su documento titulado Por nuestro camino-por el camino de la paz: "O se destierra toda violencia y construimos juntos nuestra Nación vasca, o cada uno llevaremos nuestro camino como antes". Sin embargo, la advertencia sonó ayer poco creíble a los dirigentes del PP vasco, que la calificaron de "palabrería".

El número dos del PP vasco, Carmelo Barrio, pidió de nuevo al PNV que se aleje del "nacionalismo de ETA y de EH". Pero en su documento, los peneuvistas reiteran su "prioridad absoluta" por la paz y su giro soberanista, que pretende superar el actual marco político. "El PNV juega siempre a largo [plazo]" y sólo modificará sus postulados "cuando compruebe que un determinado planteamiento ha fracasado. No antes", proclama. Por ello rechaza los llamamientos del PP para "llevarnos a la llamada unidad de demócratas". Censura con dureza a los críticos del partido, a los que tacha de "pusilánimes, asustados por la carga mediática diaria que desean que cambiemos de política y volvamos al esquema anterior".

La estrategia soberanista tiene, según el PNV, dos "grandes enemigos": ETA, que con el terrorismo "favorece a las fuerzas más reaccionarias de Madrid y de París" y el PP, por no tener "voluntad de abordar el problema de la pacificación, salvo policialmente".

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El documento de EA, formación que celebrará un mitin por la tarde en Gernika (Vizcaya), aboga por "recomponer la situación que hizo posible" el alto el fuego.

Por otra parte, la organización Haika (levantarse), surgida de la fusión de las juventudes del MLNV en Euskadi y País Vasco francés, Jarrai y Gazteriak, respectivamente, se presentó ayer en Cambó (Francia) con el objetivo de avanzar en "el proceso de independencia de Euskal Herria", informa Aurora Intxausti. Haika, que se dio a conocer ante miles de jóvenes, estará encabezada por los dirigentes actuales de Jarrai y Gazteriak hasta que se elija una nueva dirección tras el verano. ETA, que estuvo presente en este acto mediante una grabación, calificó a estos jóvenes de "retoños" de la lucha por la independencia del País Vasco. La misiva fue recibida con vivas a la organización terrorista.

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