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Cartas al director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

Internet nos librará de la corbata

Vengo del siglo XX y estoy entreabriendo la puerta del siglo XXI. Y voy a entrar en él con mi elegante corbata. Claro que algunos utilizan otros calificativos para esta prenda de nuestro vestuario: engorro, adefesio, soga al cuello, desfase entre el modernismo que nos rodea, insoportable de otros tiempos, pesadez, incómoda, poco o nada útil, no aporta nada a la elegancia, insufrible, etcétera.El mundo de la moda en el vestir (y en otras modas) cambia en los últimos tiempos cada año o temporada. La forma de vestir de las mujeres ha sufrido (¿gozado?) de tantos cambios que es un placer hacer un recorrido por ellos. Y, mientras tanto, los hombres siguen aferrados a su traje y corbata como elementos de distinción. ¿Distinción de qué? ¿Qué es lo que nos diferencia? ¿Que somos capaces de seguir impertérritos vistiendo el mismo disfraz siempre? A mí siempre me ha parecido que llamar "bien vestido" a un hombre con traje y corbata es, cuando menos, desconocer el arte del bien vestir, si contraponemos que llamar "bien vestida" a una mujer tanto vale un traje de noche -corto o largo- que unos vaqueros, que un short con camisa atada por encima del ombligo, que un simple trapo enrollado en su cuerpo.

Ellas buscan en su vestimenta no sólo la elegancia, sino también el placer del cambio, de la variación, el goce de experimentar lo nuevo, pasando desde lo simple y cómodo hasta lo sofisticado y exquisitamente complejo.Y mientras, nosotros seguimos inamovibles, sin ideas ni, al parecer, deseos de cambio. ¿Tendrán que decirnos las mujeres qué y en qué tenemos que cambiar, o quizá es que estamos así porque ellas lo quieren, porque ellas nos obligan a no cambiar, a no modificar nuestros hábitos para ser así las únicas que realmente disfruten del placer de la distinción?

Nosotros, los hombres, nos distinguimos por la corbata. Ellas, las mujeres, por el placer de sentir nuevas sensaciones, emocionantes e innovadoras siempre. Así somos. O así nos dejamos ser. Aunque, al parecer, llegó nuestra hora: ¡Internet nos librará de la corbata!-

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