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Blair advierte a los líderes del Ulster de que sería "ridículo" desaprovechar el proceso de paz

El primer ministro británico, Tony Blair, restó expectativas sobre la consecución de un compromiso inmediato que encarrile el proceso de paz y permita aplicar en su totalidad el Acuerdo de Viernes Santo. "Veo posibilidades", advirtió durante la visita que realizó ayer al Ulster para tantear a los partidos políticos, a los que dijo que sería "trágico y ridículo" desaprovechar esta oportunidad para lograr la paz. La jornada incluyó una reunión en Dublín con su homólogo irlandés, Bertie Ahern, en un intento por diseñar una propuesta común que lleve a la restitución de las instituciones autonómicas.

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Dinámica de urgencia para Irlanda del Norte

Tony Blair se apresuró ayer a enfriar las expectativas de los que interpretaron su viaje a Belfast, el primero que realiza en nueve meses, como el principio de una solución para reactivar el paralizado proceso de paz en Irlanda del Norte. El primer ministro británico se limitó a indicar que ve "posibilidades" de un acercamiento entre las posiciones de unionistas y republicanos sobre el camino que facilitará la reinstauración del autogobierno y la asamblea de Belfast, disueltos ambos el pasado mes de febrero. El Partido Unionista del Ulster, de David Trimble, y el Sinn Fein, de Gerry Adams, así como el resto de las fuerzas políticas norirlandesas que apoyan el Acuerdo de Viernes Santo, coinciden en lo fundamental de los argumentos, aunque, según quiso señalar Tony Blair, todavía "afecta un problema [el desarme]" al proceso de paz.

Seguidamente, el primer ministro advirtió a todas las formaciones que será "trágico y ridículo" dejar pasar la presente oportunidad de lograr una paz durarera en la región después de más de tres décadas de violencia.

Falta de confianza

En la falta de confianza reside el meollo de las dificultades presentes y pasadas. De acuerdo con Blair, es esencial que el movimiento republicano convenza al unionismo de que la tregua del Ejército Republicano Irlandés (IRA) es definitiva y que, por tanto, no se recurrirá a la violencia que ha dejado un saldo global de 3.000 muertos en Irlanda del Norte en los últimos 30 años. Los unionistas, por su parte, deben aportar todas las garantías de que su compromiso con un eventual gobierno autónomo compartido con nacionalistas y republicanos es "genuino".

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Una propuesta concreta y detallada para resolver el compás de espera surgió ayer de la ronda de conversaciones bilaterales que mantuvo Blair con los líderes de los principales partidos norirlandeses.

Como en etapas anteriores del ahora paralizado proceso, esta propuesta proviene del SDLP (Partido Laborista Social Demócrata), la fuerza nacionalista que lideran el premio Nobel de la paz John Hume y Seamus Mallon, y abarca la totalidad del acuerdo político, incluida la "normalización" del Ulster mediante la reducción de la presencia militar británica y de las medidas de seguridad.

"Necesitamos restaurar la confianza en el proceso político con urgencia", señaló John Hume en referencia al mensaje que transmitió ayer al primer ministro laborista.

La postura del SDLP coincide, salvo en el apartado del decomiso de las armas ilegales, con las demandas del Sinn Fein, el brazo político del Ejército Republicano Irlandés.

La formación de Adams pide la abolición de la legislación que dió paso a la suspensión de las instituciones autonómicas y garantías de que su reinstauración no se verá amenazada, una vez más, por la decisión unilateral del Gobierno británico de Blair.

"Necesitamos certeza de que no habrá ningún movimiento para colapsarlas en el futuro", dijo Conor Murphy, miembro republicano de la Asamblea de Belfast.

Inquietudes

Las inquietudes del Partido Unionista del Ulster, que es mayoritario en la provincia, van por otros derroteros. Su líder, el unionista David Trimble, pidió ayer al Gobierno irlandés que ejerza presión para obtener un compromiso del IRA respecto al futuro de su arsenal militar.

"El negocio de ofrecer a los republicanos zanahoria tras zanahoria no va a funcionar. Los republicanos sólo se mueven ante la presión. Es hora de que tanto el Gobierno de Londres como el Gobierno de Dublín consideren seriamente qué presión pueden ejercer y cómo lo van a hacer", insistió ayer Trimble. Ambos gobiernos intentaban anoche buscar un camino unitario a la presente crisis.

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