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NEUROLOGÍA El tratamiento precoz del infarto cerebral mejora la supervivencia El 95% de los ictus se trata tarde

A diferencia del infarto de miocardio, que fuerza al paciente a ir al médico por dolor,el ictus o infarto cerebral presenta unos síntomas vagos y pocos conocidos, que retrasan su consulta. Este proceso es el principal responsable de invalidez permanente en la edad adulta y el segundo motivo de demencia, tras la enfermedad de Alzheimer. Reconocer sus síntomas y acudir al hospital antes de las seis primeras horas ayuda a evitar las secuelas, prevenir un segundo episodio más grave y mejorar la supervivencia; pero sólo uno de cada 20 pacientes llega antes de ese plazo.

Pérdida de fuerza en medio cuerpo (lado derecho o lado izquierdo), dificultad para hablar o entender (aunque no sea muy acusada y durante poco tiempo), pérdida súbita de la visión en un solo ojo o dolor de cabeza intenso inusual son los principales síntomas que alertan de un posible ictus cerebral.Sin embargo, sólo un 5% de las personas que sufren este accidente cerebrovascular acude al hospital en las seis primeras horas, según destacaron expertos de todo el mundo reunidos en los I Encuentros en Segovia de Neurología, organizados por el Grupo de Estudio de Enfermedades Cerebrovasculares (GEECV) de la Sociedad Española de Neurología (SEN).

Según Antonio Gil Núñez, coordinador del GEECV y especialista del hospital Gregorio Marañón, de Madrid, uno de los grandes problemas del ictus es "el desconocimiento que existe de la enfermedad y de sus síntomas, por lo que los pacientes no acuden urgentemente al hospital".

Según informó este neurólogo, el GEECV lleva 17 años en España trabajando sobre esta materia "para hacer llegar a la población el mensaje de que el ictus se puede prevenir, se puede tratar y es posible evitar sus secuelas, que pueden ser graves y muy invalidantes".

Complicaciones

Algunas de esas complicaciones, que sufren aproximadamente dos tercios de los pacientes, son la hemiplejia (parálisis, pérdida de fuerza o alteraciones de la sensibilidad, totales o parciales, en la mitad izquierda o derecha del cuerpo), que, según el grado, puede obligar a permanecer en una silla de ruedas, y afectación de las funciones cognitivas, como fallos de memoria y dificultad para hablar, entender, escribir o leer.

Cálculos de la SEN sugieren que unas 100.000 personas sufren cada año en España un ictus o ataque cerebral, que aparece cuando se produce un fallo en el riego sanguíneo del cerebro.

En palabras de Exuperio Díez-Tejedor, coordinador de este encuentro y jefe clínico de neurología del hospital La Paz, de Madrid, los ictus se clasifican en dos grandes grupos: isquémicos y hemorrágicos. "Cuando se produce una interrupción o disminución del flujo sanguíneo al cerebro, que puede lesionar o causar la muerte de las células cerebrales, se conoce como ictus isquémico, que comprende el 85% de todos los ataques cerebrales y tiene tres causas diferentes", explica. "El bloqueo sanguíneo puede provenir de la formación de un coágulo en un vaso sanguíneo del cerebro o del cuello, llamado trombosis; del movimiento de un coágulo desde otra zona del organismo, como el corazón o el pulmón, al cuello o al cerebro, conocido como embolia; o de un serio estrechamiento o estenosis de una arteria en dirección al cerebro o dentro de él".

Cuando el ictus aparece como consecuencia de la rotura de un vaso cerebral, se le clasifica como hemorrágico y presenta una mayor tasa de mortalidad. Se calcula que la incidencia global de ictus en España es de 200 por 100.000 habitantes. Aunque puede ocasionar una lesión que evolucione a lo largo de horas o días, lo habitual es que tenga un desarrollo rápido y que genere una lesión cerebral en minutos, de ahí la importancia de consultar urgentemente.

Para el sexagenario Henry J. M. Barnett, profesor de la Universidad Western Ontario, de Ontario (Canadá), si hace algunas décadas la medicina no podía hacer nada ante el ictus cerebral, hoy dispone de tratamientos farmacológicos "muy eficaces si el paciente acude al hospital lo antes posible, sobre todo en las seis primeras horas desde que empiezan los síntomas". El experto canadiense insiste en la necesidad de consultar cuanto antes para evitar las secuelas, prevenir un segundo ictus más grave y mejorar la supervivencia.

El suizo Julien Bogousslavsky, presidente del Consejo Europeo de Ictus, subrayó que hay que incrementar la cifra de pacientes que consultan en las seis primeras horas mediante campañas de educación.

La primera causa de muerte entre las mujeres

Si una de cada 59 mujeres que mueren en España es por cáncer de mama, una de cada siete fallece por un ictus cerebral. Este proceso es la primera causa de muerte en la población femenina española, y la segunda, tras el infarto de miocardio, en la masculina.

Así como la enfermedad coronaria (infarto de miocardio, angina de pecho y muerte súbita) afecta a adultos más bien jóvenes (a partir de los 45-55 años), el ictus cerebral es más frecuente pasados los 55-60 años.

La mayor prevalencia en la mujer se explica por su también mayor esperanza de vida, según Antonio Gil Núñez, de la Sociedad Española de Neurología (SEN).

Gil Núñez aseguró que esta diferencia por sexos tiene una gran repercusión social, "al ser generalmente la mujer el soporte de la vida familiar". Datos aportados por este especialista revelan que en 1997 murieron en España 11.000 mujeres por infarto de miocardio y 23.000 por ictus cerebral.

El neurólogo canadiense Henry J. M. Barnett se refirió a "los cuatro jinetes del apocalipsis" del ictus cerebral: la hipertensión, el colesterol elevado, la diabetes y el tabaquismo.

"Con un estricto control de estos factores de riesgo", dijo, "se reduciría la prevalencia de este accidente cerebrovascular en los países desarrollados a la mitad. Para ello es fundamental adoptar un estilo de vida saludable, que no admita el tabaco, y que incluya una dieta sana y la práctica regular de ejercicio físico moderado, que ayuda a descender las cifras de presión arterial y de colesterol y previene o mejora la diabetes".

En consonancia con estas palabras, Natan Borstein, jefe de la unidad de ictus del Tel Aviv Sourasky Medical Center, de Tel Aviv (Israel), resaltó que el estilo de vida para prevenir el ictus cerebral también ayuda a prevenir el infarto de corazón y otras muchas enfermedades.

La consulta precoz y el diagnóstico preciso son fundamentales para instaurar el tratamiento más adecuado y reducir la mortalidad, a tenor de lo expresado por Julien Bogousslavsky, presidente del Consejo Europeo de Ictus, de Lausana (Suiza), quien se congratuló de que su país ostenta la tasa más baja del mundo de mortalidad por esta patología neurológica

El coodinador de este encuentro en Segovia, Exuperio Díez-Tejedor, jefe clínico de neurología del hospital La Paz, de Madrid, recordó que los fármacos más usuales son los antiagregantes plaquetarios, que reducen el riesgo de un nuevo ictus un 20%, o un 50% si se combinan con otros fármacos.

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