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Francia asume la responsabilidad por el expolio judío en el régimen de Vichy

Con la publicación del informe Mattéoli, Francia terminó ayer de enterrar la vergonzosa página de su colaboración en el expolio de sus conciudadanos judíos dictado por los ocupantes alemanes durante la II Guerra Mundial. El compromiso gubernamental de devolver o hacer devolver los bienes y obras de arte confiscados y todavía no restituidos comporta el reconocimiento honesto de una deuda moral y cierra la fase de la confesión de la culpa, iniciada hace cinco años por el presidente de la República, Jacques Chirac.En aquella ocasión, julio de 1995, Chirac rompió con la teoría -establecida por el general De Gaulle y sostenida inalterablemente por sus sucesores- de que el régimen de Vichy "fue un paréntesis en la historia" que en nada comprometía a la propia Francia. La confesión de culpabilidad hecha por los obispos franceses y el propio proceso y condena del antiguo prefecto de Vichy que llegó a ministro en la democracia, Maurice Papon, han jalonado igualmente este proceso de autocrítica.

Visiblemente satisfecho, el presidente del Consejo Representativo de las Instituciones Judías de Francia (CRIF), Henri Hajdenberg, afirmó ayer que el informe encargado por el Ejecutivo francés hace tres años es "un estudio extraordinario" y "responde globalmente" a los deseos de su comunidad. No en vano la comisión presidida por un antiguo miembro de la Resistencia, Jean Mattéoli, ha contado entre sus miembros con personalidades de la comunidad judía de Francia. Además de un balance exhaustivo de los bienes robados, las 3.000 páginas del informe Mattéoli entregadas ayer al primer ministro Lionel Jospin exudan un pasado de horrores y crímenes e ilustran nuevamente sobre el celo con el que el régimen de Vichy se aplicó a la tarea del pillaje y la deportación a los campos de exterminio.

130.000 millones de pesetas

De acuerdo con el informe encargado por el Ejecutivo de París, las sumas de dinero y las empresas y bienes confiscados a los judíos franceses ascendió a 5.200 millones de francos (130.000 millones de pesetas) de 1941. Unos 40.000 pisos fueron saqueados y luego confiscados, 80.000 cuentas y libretas bancarias fueron bloqueadas y cerca de 100.000 obras de arte expoliadas, parte de las cuales se encuentra todavía en Alemania, Austria y Rusia en manos de propietarios ilegítimos.

La mayor parte del dinero y de los bienes inmuebles, más del 90%, fue devuelta al término de la guerra. En el momento de la ocupación alemana, la comunidad judía francesa estaba compuesta por entre 300.000 y 330.000 personas, la mitad de las cuales quedó atrapada en la zona ocupada. De los 75.721 judíos enviados a los campos de concentración, sólo regresaron unos 2.500.

El dinero y los bienes que no han podido ser restituidos ante la falta de herederos -el genocidio alcanzó a familias enteras- alimentará ahora el fondo de la Fundación para la Memoria, encargada de contribuir a la historia, a la educación y a la solidaridad.

Según el estudio, de las casi 100.000 obras de arte robadas y trasladadas en su mayor parte a Alemania en trenes especiales, 61.233 se encuentran nuevamente en Francia y 45.441 de éstas, en manos de sus legítimos propietarios o herederos. Respecto a las 40.000 restantes, los autores del informe reclaman la cooperación internacional para localizar esas obras que se encuentran en colecciones extranjeras. Las piezas que no han sido reclamadas pasarán a integrarse definitivamente en las colecciones nacionales francesas.

Los miembros de la comisión Mattéoli recomiendan que una serie de obras significativas sea expuesta en el Museo Israel de Jerusalén, para que den testimonio del pillaje. En el texto no falta la observación amarga sobre la "prisa inusitada" con que algunos museos franceses vendieron en los años cincuenta parte de las obras robadas.

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