El efecto del 'lunes negro' arrastra a las bolsas asiáticas a sufrir fuertes pérdidas

Los mercados de sureste asiático tuvieron ayer su lunes negro tras el batacazo sufrido por Wall Street el viernes. Por sus diferencias horarias, sufrieron ayer lo que el resto del mundo padeció antes del fin de semana, y por las mismas razones no se beneficiaron del alivio que las Bolsas estadounidenses dieron ayer. La peor parte se la llevó el mercado de Seúl, con un retroceso del 11,63%. Tokio retrocedió un 6,98% y su desplome llegó a provocar que la coalición gubernamental solicitara al Ejecutivo que disponga de 1,6 billones de pesetas para rescatar al mercado de ser necesario.

Las consecuencias de los retrocesos de los índices Dow Jones y Nasdaq del viernes no se hicieron esperar al inicio de la jornada bursátil de ayer en el sureste asiático. Tokio, el mayor mercado de la región, registró un descenso del 4,3% a los pocos minutos de iniciarse la sesión, que creció hasta el 9% poco después. En ese mismo momento, el Gobierno japonés convocó una reunión de emergencia para estudiar remedios urgentes.La reunión y la filtración hacia los mercados de la propuesta más importante que se discutió allí lograron frenar lo que se perfilaba como una catástrofe bursátil. Miembros de los partidos de la coalición gobernante, el Partido Demócrata Liberal (PDL), Nuevo Komeito y el Partido Conservador, llegaron a solicitar al Ejecutivo que dispusiera de un billón de yenes (1,6 billones de pesetas) para atajar el desplome de ser necesario. La medida se estudió, se dejó saber, pero no llegó a aplicarse, según los analistas de ese mercado. La rápida reacción del PDL bastó, de momento, para que la Bolsa de Tokio no registrara la mayor caída de su historia, sino la quinta.

Caída generalizada

El efecto dominó de Tokio se extendió a todo el sureste asiático como la pólvora. La Bolsa de Hong Kong perdió un 8,55%. En puntos (1.340,80), esa caída fue la segunda mayor de su historia. La Bolsa de Seúl registró el mayor retroceso, un 11,63%. Las operaciones llegaron a suspenderse cuando las pérdidas llegaron al 10%, pero la medida no fue suficiente para detener un desplome anunciado. La caída de ayer dejó al mercado de Seúl un 31% por debajo del nivel con el que comenzó el año. Al resto de los mercados de la región no les fue mucho mejor. Todos sufrieron pérdidas superiores al 4%.

El retroceso de las bolsas asiáticas y la de Japón en particular ha revalidado las advertencias que Tokio repite desde hace meses, que acusan al mercado neoyorquino de crear y vivir en una burbuja económica especulativa como la que padeció Japón a finales de los años ochenta, cuyo fin se considera el origen de la crisis económica actual.

En Tokio se señaló como causa de la caída de ayer la preocupación inversora de que las ganancias generadas por los valores de las tecnologías de la información en EEUU no se han apoyado en la realidad económica del país, sino en un exceso de especulación, que se ha extendido por todo el mundo.

Según fuentes del Gobierno, el desplome del índice Nasdaq estadounidense en los últimos días es muy grave porque revela que los inversores creen cada día menos en que los valores de las tecnologías vanguardistas seguirán creciendo, especialmente los vinculados con Internet. Muchos de estos negocios carecen de transparencia, mientras que de los cálculos de sus posibles beneficios de los que nada se sabe y difícilmente se puede hacer algún tipo de previsión.

Corrección saludable

El ministro de Planificación Económica, Taichi Sakaiya, describió la sesión de Tokio como la consecuencia de una "saludable revaluación de las acciones con precios excesivamente altos del sector de alta tecnología", tendencia que se inició en EEUU el viernes. "El alboroto de Tokio no minará la salud de la economía japonesa", subrayó el ministro.

Pero pese a este mensaje tranquilizador del ministro, el revés bursátil se tradujo en otra fuerte e igualmente indeseada apreciación del yen frente al dólar, que llegó a cotizar a 103,35 yenes por dólar. Ante la presión bursátil los intermediarios de la Bolsa de Tokio ignoraron por completo la habitual intervención de Banco de Japón (BOJ) para atajar la subida del yen.