_
_
_
_
Editorial:
Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

Purga bursátil

La inestabilidad se ha apoderado de los mercados bursátiles. Se ha cerrado la peor semana en muchos años en Estados Unidos para los inversores en acciones. Todos los índices -los representativos de la vieja economía como el Dow Industrial Average o el Standard&Poor's 500, o el del Nasdaq, expresivo de los valores tecnológicos de la nueva- registraron unos descensos históricos el pasado viernes cuya trascendencia es difícil minimizar.El desplome no tiene una causa única, pues el descenso de las cotizaciones venía produciéndose desde hace algunas semanas. Pero lo profundizó el anuncio el viernes, poco antes de la apertura de los mercados de acciones, del índice de precios al consumo (IPC) correspondiente a marzo en EEUU, con un crecimiento superior al esperado tanto en su base general como en la inflación subyacente. Como la pólvora se extendieron las expectativas sobre una próxima y más intensa elevación de los tipos de interés por la Reserva Federal. La huida de los inversores hacia la calidad y hacia activos financieros de renta fija, en particular del mercado monetario, acabó contaminado a todas las acciones, con escasas excepciones.

Constatar las amenazas que subyacían desde hace algún tiempo en aquel mercado es relativamente fácil, pues algunos de sus valores estaban claramente sobrevalorados. Lo difícil es pronosticar si las caídas tendrán continuidad la semana próxima y si se extenderán, tras tocar el viernes a América Latina, a otras bolsas de otras zonas geográficas como Europa y Asia. La importancia relativa que las inversiones en acciones han cobrado en la riqueza de las familias estadounidenses -la relevancia del denominado efecto riqueza, que traduce en gastos el incremento de las cotizaciones en los valores- puede llevar a una contención del consumo que, dependiendo de su magnitud, podría condicionar significativamente el ritmo de crecimiento de la economía de Estados Unidos en los próximos meses.

Si lo ocurrido el viernes no tuviera una continuidad en las siguientes jornadas, el efecto no pasaría de un ajuste en las excesivas valoraciones, de una purga incluso sana de la Bolsa, que contribuiría a moderar la intensidad del consumo, permitiendo que la Reserva Federal suavizara sus amenazas tensionadoras en el precio del dinero. Si, por el contrario, a las caídas del viernes le suceden otras significativas, se estaría ante un claro riesgo de un enfriamiento excesivo de la economía de EEUU que se podría propagar al resto del mundo. Dado el elevado grado de integración financiera internacional, el contagio es poco menos que irremediable, aunque su magnitud no tiene por qué traducirse en desplomes como el observado en Wall Street.

Europa no sólo mantiene una mayor estabilidad de precios, sino que la exuberancia de sus mercados bursátiles ha sido menos acusada. Además, el patrón de crecimiento de la mayoría de sus economías es más equilibrado, especialmente en las contribuciones del consumo, de la inversión empresarial y del sector exterior. En España, la adversidad que ha acompañado la primera semana del Nuevo Mercado bursátil es, en cierta medida, una garantía de que las correcciones que quedan por venir no deberían ser intensas, aunque la ponderación que en el principal índice de la Bolsa de Madrid tienen los valores tecnológicos rodea de vulnerabilidad al conjunto.

Con todo, las amenazas de propagación de perturbaciones similares a la americana debería llevar al Banco Central Europeo (BCE) a ponderar sus eventuales acciones y, en mayor medida, sus declaraciones sobre el endurecimiento de la política monetaria en respuesta a unas tensiones inflacionistas manifiestamente inferiores a las americanas y mucho más sobre la evolución del tipo de cambio del euro frente al dólar. Son momentos en los que, en una zona euro con favorables fundamentos económicos, las autoridades deben acompañar su prudencia de mensajes de tranquilidad a los inversores individuales.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_