Rusia no desmantelará misiles mientras tengan vida útil
Vladímir Putin aseguró ayer, según la agencia Interfax, que ni un sólo misil ruso será retirado antes del fin de su vida útil. Era el enésimo intento del nuevo líder del Kremlin de templar los ánimos tras la ratificación el viernes pasado en la Duma, con el rechazo comunista, del tratado Start II, firmado con Estados Unidos en 1993. El acuerdo compromete a las dos superpotencias nucleares a reducir sus arsenales estratégicos desde las 6.000 cabezas fijadas en el Start I a no más de 3.500 en 2007.El presidente electo ruso hizo notar que la entrada en vigor del Start II beneficiará claramente a su país, que, en cualquier caso, estará obligado a desmantelar la mayor parte de sus misiles intercontinentales en los próximos años. La catastrófica situación de la economía impide invertir en prolongar su vida útil o en la sustitución por nuevos modelos cuando quedan obsoletos. "Es mucho más útil", señaló Putin, "canalizar fondos hacia la modernización de las armas convencionales y el reforzamiento de la marina y la aviación".
Tratado ABM
Como dijo Putin el viernes, la pelota está ahora en el campo norteamericano. El secretario del Consejo Nacional de Seguridad, Serguéi Ivanov, dijo que los presidentes ruso y norteamericano no intercambiarán los documentos de ratificación del Start II hasta que el Congreso estadounidense apruebe el acuerdo de 1997 sobre el tratado ABM, que diferenciaba entre sistemas tácticos y estratégicos de defensa antimisiles.
El deseo de EE UU de modificar el ABM para desplegar una versión reducida de la "guerra de las galaxias" con la que soñó Ronald Reagan es considerado en Moscú una amenaza global al proceso de desarme. La Duma ratificó el Start II ligando la decisión a que no se toque el ABM, y el propio Putin dijo a los diputados que si Bill Clinton da ese paso (para conjurar la amenaza de ataque por Estados terroristas), Rusia se considerará desligada del Start II y romperá el diálogo global de desarme con el viejo enemigo de la guerra fría.
El Start II prohíbe los misiles de cabeza múltiple basados en tierra, que constituyen buena parte de la fuerza nuclear rusa. Reducida a contar sólo con cohetes de una sóla ojiva, Rusia tendría dificultades para mantener dentro de unos años no ya 6.000 cabezas, sino incluso las 2.000 o 2.500 que se manejan como objetivo para la negociación del Start III. Por eso Putin propuso un techo para esa fase de 1.500. El precio para lograr el visto bueno de Washington podría ser la "flexibilidad" en el ABM. La prensa estadounidense aseguran que Clinton prepara una visita a Rusia en junio en la que vendería esa fórmula a Putin.
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