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Una empresa de Bigastro subvencionada por la Generalitat lleva años inactiva y con pérdidas

Cristina Vázquez

Medifrost, industria conservera radicada en Bigastro y receptora de cientos de millones de ayudas y créditos públicos, lleva, cinco años después de su creación, sin apenas actividad y con unas pérdidas cercanas a los 700 millones de pesetas. La sociedad, que ha presentado varios expedientes de regulación de empleo ante la situación de parálisis, aprobó el pasado 16 de marzo en una junta de accionistas la reducción del capital para compensar las pérdidas y una ampliación posterior de 1.000 millones, cuyo plazo de suscripción concluye el próximo domingo.

La evolución de Medifrost desde su creación en 1994 ha ido a peor a pesar del apoyo público. La compañía ha recibido más de 429 millones de pesetas de subvenciones de la Generalitat, del Ministerio de Economía y de la UE y sólo ha conseguido acumular pérdidas en sus cinco años de vida, en los que ha habido constantes cambios en el accionariado. El proyecto de la sociedad cuando se constituyó hace cinco años era la construcción de una planta para la elaboración de productos agrícolas congelados, concretamente, bolas de zumo congelado, una línea novedosa para la que Medifrost adquirió equipos de tecnología avanzada. El Instituto Valenciano de Finanzas (IVF) de la Generalitat concedió en 1995 un crédito de 250 millones de pesetas. Medifrost reconocía en su informe de gestión que la sociedad había estado inactiva ese año, pero anunciaba que al siguiente "comenzaría sus operaciones con resultado positivo"; es decir, con beneficios. El instituto oficial hipotecó los inmuebles de Medifrost en garantía. Ese mismo año la sociedad había recibido dos subvenciones de 197 millones de pesetas de la Generalitat y del Ministerio de Economía y Hacienda en concepto de incentivos autonómicos y regionales bajo dos condiciones: crear y mantener 44 empleos y disponer de 268 millones de fondos propios.

En 1996, la conservera carecía todavía de su planta y la única operación del ejercicio había sido la compraventa de productos agrícolas, "no relacionada con la construcción de los equipos de congelación", según el registro. El IVF otorgó este año otros dos préstamos por 150 millones de pesetas. Las dos operaciones contaron con la garantía de los incentivos públicos concedidos a Medifrost.

Antes de que acabase 1996 la sociedad recibió otro crédito, esta vez de 100 millones de pesetas, avalado por la subvención, pendiente de cobro, del fondo europeo Feoga, aprobada en octubre de 1996 y por un importe de 228 millones de pesetas.

El bufete De Miguel

En ese año los propietarios aprobaron una ampliación de capital de 270 millones de pesetas, en la que entra Julio de Miguel Aynat, presidente de Bancaixa, y su hermano Luis, convirtiéndose en accionistas minoritarios de Medifrost. Según un portavoz de De Miguel, éste entró en la sociedad porque uno de los clientes de su bufete, un grupo alemán que se incorporó a Medifrost en 1996, se lo pidió. De Miguel salió de esta sociedad cuando ocupó la presidencia de Bancaixa. Su hermano continuó hasta 1998 y en 1999 se incorporó Juan Carlos de Miguel como apoderado.

En 1997, Medifrost seguía paralizada, y aún así elevó su capital social a 700 millones de pesetas. El endeudamiento no ha cesado de crecer durante este tiempo, a pesar de de la parálisis productiva. Entre 1998 y 2004, Medifrost tiene pendiente la devolución de unos 1.250 millones de pesetas a entidades como el IVF, Bancaixa, Caja Rural de Valencia, Banesto y La Caixa, entre otros.

La compañía ha presentado además varios expedientes de regulación de empleo, debido a la falta de carga de trabajo. Esta situación, cercana a la suspensión de pagos, llevó a los dueños a autorizar una operación acordeón para limpiar de deudas la sociedad. Se aprobó la reducción de capital a cero y una ampliación posterior de 1.000 millones de pesetas. El presidente de Medifrost, Ricardo Climent, accionista desde hace año y medio, reconoció ayer esta situación de déficit, "por eso la operación aprobada el 16", dijo; pero insistió en que Medifrost tiene futuro y nuevos socios interesados en incorporarse a la empresa. "Las perlas de zumo congelado es un producto con futuro y apostaremos por él", dijo.

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Sobre la firma

Cristina Vázquez
Periodista del diario EL PAÍS en la Comunitat Valenciana. Se ha ocupado a lo largo de su carrera profesional de la cobertura de información económica, política y local y el grueso de su trayectoria está ligada a EL PAÍS. Antes trabajó en la Agencia Efe y ha colaborado con otros medios de comunicación como RNE o la televisión valenciana À Punt.

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