La familia de Elián insiste en que no lo entregará voluntariamente
El drama de Elián González parece haber entrado en su último acto. El tío abuelo del niño ha reiterado que no lo va a entregar voluntariamente. Su negativa activó los planes del Gobierno para reunir a padre e hijo a fines de esta semana, por la fuerza si fuera preciso. Lázaro González recibirá instrucciones con el día, hora y lugar al que debe llevar al niño. Si se negara podría ser detenido por desacato. Mientras se acerca esa hora cero y los abogados montan la última ofensiva legal, miles de exiliados cubanos marcharon pacíficamente por la Pequeña Habana, y los alcaldes de la ciudad de Miami y del condado de Miami-Dade apelaron a la ministra de Justicia, Janet Reno, para que desacelere los planes de transferencia de custodia y conceda otro mes. Según algunas fuentes, Reno sólo se mostró dispuesta a viajar a Miami, quizá hoy mismo, para reunirse con Lázaro González.
Para añadir incertidumbre al caso, circularon rumores de que su padre, Juan Miguel González, se preparaba en Washington para viajar a Miami a recoger a su hijo en un lugar neutral. La posibilidad, revelada por la cadena NBC de televisión, fue ambiguamente desmentida por el despacho del abogado de Juan Miguel.
Los jueces pueden jugar un papel decisivo en esta fase. Por una parte, los parientes han pedido una orden judicial que prohíba trasladar al niño hasta que concluya el recurso de apelación y al padre llevárselo inmediatamente para Cuba. La propia Reno ha dicho que no hay ningún precepto legal que impida esta última posibilidad. Los parientes también han vuelto a apelar a los tribunales de familia para que celebren una vista sobre la custodia, y a los federales, para que al niño le concedan el derecho a solicitar asilo político. El Gobierno, cuya autoridad en inmigración está por encima de los tribunales domésticos, está dispuesto a solicitar una orden para obligar a Lázaro a entregar a Elián. Si la desobedece puede ser arrestado por desacato. Mientras, en Washington, los tres congresistas cubanoamericanos -Ileana Ross-Lehtinen, Lincoln Díaz-Balart y Bob Menendez- invitaron a comer a Juan Miguel para proponerle que desertara. Él rechazó la invitación
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