¿Kosovo, el IV Reich?
Que la atmósfera que respiramos y el ambiente que nos rodea están compuestos de rarezas y extravagancias es un hecho que el que más y el que menos tiene o tenemos aceptado. Pese a todo, el factor sorpresa es todavía un elemento inagotado que puede surgir en cualquier momento y en cualquier lugar. Y si no, que me lo digan a mí.Todo ocurrió el pasado 1 de abril en Navarredonda de Gredos (Ávila), lugar y origen de mi familia, amigos y del que suscribe. De acuerdo con este arraigo, me desplazo siempre que puedo desde Madrid a este espléndido sitio de la sierra abulense.
Retomando el asunto de la sorpresa, comentar cómo en la tarde de ese mismo día, paseando por el entorno conocido como Las Chorreras, junto al río Tormes, me vi de pronto invadido, rodeado, "sorprendido", por unos comandos de guerrillas, fuertemente armados, en plena y desaforada acción de combate. El susto fue morrocotudo: no sabía si estaba en Kosovo, ante el IV Reich o, en el mejor de los casos, en el rodaje de una película de acción.
Conforme fui tomando conciencia comprobé, al fin, que se trataba de una de esas actividades tan de moda, lúdico-aventurera, de nuevas y fuertes emociones para gente audaz.
Los comentarios a esta historia podrían ser interminables: actividades paramilitares, apología de lo bélico, fomento de la violencia, etcétera. Pero, pasando del conocido tópico de la reflexión en voz alta, sí cabría preguntarse: ¿cómo estas actividades pueden invadir el terreno de lo público y colectivo? ¿Cómo estas actividades, de ser consentidas y autorizadas, no se realizan en recintos más apropiados? ¿Cómo estas actividades no se advierten previamente de su realización? ¿Cómo en estas actividades no están presentes servicios de orden? En fin, para qué seguir si
todo es como indicaba al principio: rarezas del aire.-
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