Drexler cree que "hay demasiados pastiches en la música"
Jorge Drexler vive, desde hace años, entre España y Uruguay, entre Madrid y Montevideo. Su nuevo trabajo se titula Frontera y con él parece diluir no sólo los límites entre esos dos países, esos dos mundos, sino también los que alejan a los géneros musicales. Drexler, quien afirma que "hay demasiados pastiches en la música de ahora", continúa su gira hoy en Madrid; el día 14, en Cádiz; el 27, en Oviedo, y el 28, en A Coruña."Frontera es un disco de tránsito", explica Drexler. "Es un disco hecho en un momento de mi vida en que las cosas se están moviendo. Todavía no sé muy hacia dónde, pero veo la dirección. Un momento en que sabes muy claro lo que no quieres y vas dándote cuenta en el camino de lo sí que quieres. Así se hizo este disco. Es un disco de encrucijadas".
El tercer trabajo de Drexler, que él mismo produce, ha sido realizado de una manera muy controlada, entre su casa de El Escorial y la de unos amigos y colaboradores, en Montevideo. Un sistema de trabajo que está dando excelentes resultados a muchos artistas en busca de un camino novedoso. "Está muy basado en dos discos que fueron hechos con un molde parecido, uno es Clandestino, de Manu Chao, y otro El día que haremos contacto, del brasileño Lenine", dice Drexler. "Éste es un disco de incorporación, de asimilación y no de yuxtaposición de elementos. Hay dos extremos, dos fronteras, porque extiendo las manos hacia los dos lados, hacia el folclor más arcaico y hacia la novedad más cosmopolita. Ése es el espectro de la música que escucho: desde Atahualpa Yupanqui hasta Howie B".
Integración
"Cuando te planteas complementar opuestos tan diferentes, lo que más te interesa es la integración", prosigue. "Porque el gran riesgo que teníamos es la yuxtaposición. Hay demasiados pastiches en la música de ahora. Lo que hicimos con Carlos Casacuberta y Juan Campodónico [miembros del grupo uruguayo Peyote Asesino, de thrash y hip hop] fue desgranar todos los elementos hasta llegar al software para usar la lupa de cada estilo y después usarlo a nuestra manera. Cada canción está supereditada, pero dentro del collage sonoro, que es el concepto que nos interesa; las dos prioridades eran: que sea un disco mío y que sea un disco de canciones. Todo está hecho en función de la canción".
En el fondo de esas canciones, historias y letras que hablan de inquietudes dispares. "El disco está lleno de contradicciones", afirma. "Habla de lo circunstancial que es todo en la vida. Hoy estás aquí, mañana allá y Europa ¿es un sólo país? Las fronteras no me interesan conceptualmente pero eso no quita que yo sepa de dónde provengo culturalmente".
Pese a su interés por renovar el sonido de sus canciones, Drexler sigue creyendo en la capacidad de comunicacion del cantautor. "En este disco me basé mucho en dos folcloristas: Yupanqui, argentino, y Sitarrosa, uruguayo".
Babelia
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