Ibarretxe se resiste al adelanto electoral y tratará de aguantar hasta septiembre

El lehendakari se resiste a disolver el Parlamento de Vitoria y convocar elecciones, tal y como demandan insistentemente los representantes del Gobierno central y de la oposición vasca, después de haber quedado en minoría como resultado de la decisión de Euskal Herritarrok de negarle el apoyo parlamentario, salvo cuando se debatan decisiones soberanistas. Ibarretxe ha pedido "calma" a la sociedad vasca para evitar "la desestabilización permanente" y ha reiterado su petición de diálogo a todos los partidos, incluidos los socialistas y el PP, aunque éstos no ven otra salida que la convocatoria de elecciones o el sometimiento del lehendakari a una moción de confianza. El secretario del PSE, Nicolás Redondo Terreros, afirma en una entrevista con EL PAÍS que "un Gobierno vasco del PP sería un signo de normalidad política". Incluso miembros del PNV, como el consejero de Trabajo, Sabin Intxaurraga, o el portavoz en el Congreso, Iñaki Anasagasti, calificaron ayer la situación de "muy complicada". A pesar de ello, y con la posibilidad de nuevos atentados de ETA, Ibarretxe tratará de aguantar hasta septiembre, la fecha señalada por el el portavoz del PNV, Joseba Egibar, para "tomar decisiones".