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Los 'after-hours' de la Vila Olímpica respetaron el horario de cierre

Los after-hours, locales que abren cuando ya han cerrado las discotecas, respetaron ayer el horario establecido, al menos en la zona de la Vila Olímpica. En el Port Olímpic y sus alrededores hubo una fuerte presencia policial y la Guardia Urbana realizó numerosos controles de alcoholemia.En otros puntos de la ciudad, en cambio, la vigilancia policial fue menor y algunos locales abrieron, de forma clandestina pero tan notoria que en algunos había colas, una vez superada la hora oficial del cierre.

El despliegue policial fue el primero de los acordados por las administraciones con el objetivo de evitar la violencia en los alrededores de estas zonas, donde se consume abundantemente alcohol y narcóticos.

La Operación After-Hours fue decidida tras la agresión sufrida el sábado de la semana pasada por Carlos Javier Robledo, que murió como consecuencia de la paliza. El cuerpo del joven fue incinerado ayer en Collserola. Al sepelio acudieron uns 400 personas, la mayoría de Santa Coloma, donde residía la víctima. La familia criticó la, a su juicio, pasividad policial.

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